Editorial

La industria arriba

La industria arriba
La actividad industrial fue la niña mimada del crecimiento que registró la economía el año pasado, al obtener un índice de 9,7% con relación a su predecesor 2009, estando por sobre la producción de alimentos y combustibles. El gran motorizador del alza industrial en ese lapso fue el sector automotor, que concluyó con cifras récord tanto en la fabricación de vehículos como en la comercialización de los mismos, sea en el mercado interno como en la exportación.
De acuerdo con el reciente informe difundido por el Estimador Mensual Industrial, la contabilización anual se pudo registrar una vez incluido el mes de diciembre pasado, cuando la expansión fue de 10,2% con 5,6% por encima de noviembre, permitiendo esa cifra final de 9,7% que constituye una muy buena performance, al punto de ser señalada "como el principal pilar en el cual se asienta el modelo económico" -ministra Débora Giorgi- , concepto en el cual se advierte un cierto desmedro hacia el sector agropecuario, con el cual no terminan de solucionarse los conflictos, iniciados en marzo de 2008 y vigentes a la fecha.
El rubro que motorizó con mayor vigor a la industria fue el automotriz, el cual en diciembre se expandió 25,2%, para promediar en el año un espectacular 40,6% por sobre las estadísticas de 2009. De tal modo, la industria del automotor creció en el período el doble de su inmediato seguidor en las estadísticas, ya que la siderurgia lo hizo en el orden del 22,2%, alcanzado aquí una participación muy importante la producción de acero con 28,7%.
En cambio la producción de alimentos, uno de los sectores de mayor dinamismo, en esta ocasión cayó en una meseta de estancamiento con un ínfimo 0,6% de crecimiento, habiendo tenido una participación negativa muy significativa el sector cárnico con una caída de 21,4% en el año.
Otro sector comprometido fue la refinación de petróleo, que se contrajo 0,1%, con una fuerte caída de 11,1% en el mes de diciembre, período en el cual se notó en los surtidores la escasez de combustibles.
Este relevamiento no sólo alcanza a los números y precisiones productivas, sino también a las estimaciones que realizan los empresarios, que sirven en buena medida para tratar de visualizar el futuro inmediato de la actividad. Es así que el 27,1% de los encuestados estimó que la demanda interna seguirá creciendo al menos hasta el mes de marzo, contra el 10,7% que se manifestó por una disminución, aunque la mayoría establecida por el 62,2% no cree que se produzcan variantes demasiado sensibles.
En cuanto a las perspectivas para las exportaciones -un rubro que origina cierto nivel de conflictividad habida cuenta del reclamo industrial para poner freno a las importaciones que crecen a un ritmo del doble-, el 24,2% consideró que las ventas crecerán en este primer trimestre en curso, en tanto el 16,1% cree que se pronunciará la baja, siendo la mayoría del 59,7% la que se inclina por una situación sin cambios.
Un dato para tener en cuenta, ya que apunta a un sector muy sensible como es el mercado laboral, es que el 95,3% de las empresas consultadas no tiene pensado incorporar mano de obra a sus planteles, lo cual por un lado trasluce que estará comprometida la absorción de quienes traten de incorporarse al ámbito del trabajo, y además, dejando entrever también falta de confianza en el futuro inmediato, lo cual resulta más comprensible que en otras oportunidades por tratarse de un año electoral, en el cual suelen producirse algunas medidas de fuerte impacto populista que suelen tener fuerte incidencia en la espiral inflacionaria.
Llegándose a fines del año anterior, la industria en su totalidad utilizó el 82,9% de su capacidad instalada, habiendo allí altibajos bien advertibles, como por ejemplo el sector de refinación de petróleo trabajando al 79,5% de su capacidad o la producción automotor al 74,1% -en el cual queda por lo tanto una posibilidad de expansión aún muy importante-, o bien el rubro de sustancias y productos químicos que está casi al límite con 92,9% de su capacidad.
De esta manera, con este cierre de año se alcanzaron los niveles que se tenían en 2009 previo a la crisis financiera mundial, lo cual es sin dudas una buena señal por la tendencia que se establece, si bien sólo se trata de recuperar índices anteriores, al menos por ahora.

Autor: Redacción

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