El abordaje del tema folklórico
Valoro que, de una forma u otra, todos tenemos algún tipo de conocimiento folklórico más allá de cualquier formación académica, y eso lo hace participativo y común a todos. Esto hace que, de algún modo u otro, todos sientan que tienen algo con qué contribuir, algo que contar, por lo que creo que es un verdadero espacio inclusivo que se va adaptando a los tiempos que corren. Y no solo lo entiendo como una ciencia, creo que es una gran herramienta que contribuye a promover valores, a unificar a la gente a través de rasgos comunes que consolidan la identidad y, además, promueve la reflexión. Es todo esto y es un espacio de esparcimiento donde, a través de la danza, la música, juegos, la palabra -y tantas cosas más-, la gente pasa buenos momentos.
La intención de fundar la publicación virtual Achalay
En realidad no surgió como una revista, inicialmente no tenía forma. Varias personas del ambiente del folklore tenían muchos conocimientos, datos, anécdotas, y quedaban dentro del círculo de gente conocida. Entonces pensamos en que era una buena idea compartir todos esos conocimientos, de lo contrario se mueren con uno, pero no imaginábamos cómo hacerlo y tampoco disponíamos del tiempo necesario porque todos tenemos diferentes trabajos. Pero hubo un momento clave que hizo que Achalay! surgiera como una necesidad: el año pasado se sancionó la ley 27535, que es la Ley de Folklore en las Escuelas, que establece el derecho a recibir educación sobre el folklore. Sucedió que en el momento que se publicó esta ley, nos encontramos con varios comentarios negativos en las redes, no por maldad sino por ignorancia: nos dimos cuenta que muchísima gente entendía al folklore solo como música, algunas danzas y “tirar una boleadora” como leímos por ahí. Y al tener esta visión tan limitada de lo que el folklore es, se termina por restarle importancia, pensando que es una materia “decorativa” que solo le quita horas de estudios a las materias “que realmente valen la pena”. Bueno, como resultado decidimos que ya era tiempo de publicar la revista, un pequeño aporte para el folklore que busca mostrar las diferentes caras de esta ciencia que, aunque no nos demos cuenta, nos atraviesa todos los días hasta en cosas impensadas.
Objetivos que se plantearon en la revista
El objetivo principal es generar conciencia folklórica, apelando a que el folklore no se reduce solo a danzas y música, sino que también se encuentra presente en nuestra cotidianidad a través del lenguaje, el arte culinario, el arte, las costumbres, el turismo y todo aquello que tenga que ver con la sabiduría popular. Por otro lado, proponemos generar un espacio de encuentro, en el que las personas se sientan libres de compartir sus saberes, producciones artísticas o tradiciones familiares, sin importar la edad. Teniendo en cuenta que mucho del saber popular se transmite oralmente de generación en generación, se busca plasmar estos saberes para que no se pierdan en el camino.
Cómo concebimos la estructura
Prueba y error. Ninguno de nosotros es diseñador ni tiene demasiada experiencia en el mundo editorial, así que vamos aceptando sugerencias y observando otras publicaciones… Seguramente tiene miles de fallas, siempre digo que es rudimentaria, pero tratamos de dar lo mejor en cada número. Intentamos que el contenido sea de temas variados que incluyan algo de las diferentes regiones del país, por eso es que convocamos a quienes quieran participar, porque existe mucho del folklore regional que desconocemos y ¿qué mejor que la gente de diferentes lugares para enseñarnos sobre su región?
Quiénes aportan los contenidos y cómo fueron seleccionados
Inicialmente el aporte era de amigos y conocidos, luego fue pasando de boca en boca y la gente se contactó con nosotros para publicar sus aportes y así se fue dando. Realmente recibimos escritos o audios muy enriquecedores, así que tratamos de incluir lo que más podemos en cada número a través de un hilo conductor. Además, Alejandra Guala, a quien llamo nuestra gestora cultural y turística, se encarga de contactarse con gente que quizás no se siente “del palo del folklore” pero que terminan por colaborar con aportes increíbles.
De qué manera la difundimos
Pensamos que la revista tenía que ser difundida de una manera sencilla, para que grandes y chicos tengan fácil acceso a ella. Entonces, la realizamos en formato PDF para poder compartirla por whatsapp, de esta manera quienes no tienen redes sociales también pueden leerla. Y además la subimos a nuestra página de Facebook, Achalay Revista Folklórica Digital. La intención es siempre la misma: lograr una difusión de forma sencilla para que grandes y chicos puedan acceder sin problema.
Abrevar en Diversidad lingüística y cultural: lenguas y pueblos indígenas en Argentina. Qué rescato de esta realidad
Entiendo que hay muchísimo por hacer, fundamentalmente desde la escuela, ya que éste es un país multilingüe. Comprender que el español no es la única lengua que hablamos en Argentina e indagar en el tema termina por ser elemental en las prácticas educativas. Cuando aprendemos una lengua no solo estamos aprendiendo un idioma, también aprendemos sobre la cosmovisión de un pueblo, sobre su cultura. Entonces, y hablo como docente, si comprendo el bagaje cultural del alumno, el proceso de aprendizaje termina por ser mucho más enriquecedor, tanto para el alumno como para el docente. También es imprescindible trabajar sobre los derechos lingüísticos, sobre los estereotipos y representaciones que giran sobre los pueblos originarios… Es un tema muy complejo que debe tratarse con mucha seriedad porque hay mucha estigmatización. La realidad de los pueblos originarios es muy dura y entiendo que es necesario involucrarse, pero de verdad. No basta con recordar lo importante que son el 12 de Octubre, reflexionar ese día y seguir todo el año como si nada, es necesario abrir los ojos y, mínimamente, informarse.
*El texto pertenece a la entrevista realizada por Raúl Vigini a María Cecilia Manuele Orellana