Un día leí en Clarín que estaba el Festival de Tango de la ciudad. Miré la grilla y eran todas bandas consagradas, todas clásicas. Nosotros hace quince años que estamos abiertos, y quince años que vemos el tango que está surgiendo. Y vienen como lugar alternativo del tango un montón de bandas, grupos de tango, que no sé de dónde salen. Entonces tantos años laburando en el CAFF, programando en el CAFF, viendo tantas bandas de tango que vos sabés cómo luchan. Porque a la Fierro le pasó igual, empezó tocando en la calle, después abrió su propio lugar, en las milongas, en el teatro. Todo un laburo que no es conocido por el festival oficial. A la Fierro hace diez años que no los llaman, tocó una vez y no tocó más. Y vos ves las ganas que tienen de tocar los pibes, y encima que tienen esa voluntad hacen tangos nuevos. No se puede creer: jóvenes, con ganas de laburar y hacen cosas nuevas. Y cuando vimos la grilla del festival oficial dijimos: esto no es el tango de hoy, hay que mostrar esto, pero también hay que mostrar lo otro. Son bandas nuevas que tocando solas una noche tal vez no llenen el lugar. Son agrupaciones que no las conoce mucha gente, no tocaron mucho en vivo, algunas ni siquiera tienen videos, ni fotos. Entonces dije bueno, la unión hace la fuerza, juntamos tres o cuatro bandas por noche y que vayan y que toquen.
Cómo se eligieron los que fueron programados
La convocatoria al festival fue abierta y a través de un correo electrónico. Todos los que quisieron participar se anotaron. Con excepción de Marian Farías Gómez y el Tata Cedrón que fueron invitados especialmente.
El movimiento que fuimos viendo con el tango nuevo
El año pasado fueron bandas de Mendoza, de Rosario, y ahora hay de Chile. Ellos mismos vienen pidiendo pista. Creo que no hay que hacer nada, hay que mirar y decirles: ¿qué necesitan? Abrimos esto pensando en tener un lugar y poder tocar, y que no nos exijan cosas raras, ni condiciones. Entonces viendo esa política de la Fierro, y abriendo el CAFF, es como que viene la banda. Solamente hay que conducirlos. Está todo hecho, necesitan el espacio. Hay murgas que tocan ahí y dicen que ellos no tocan en invierno, no tienen difusión, y necesitan el trato como a un músico. Al no dárselo desde un lado más oficial o con subsidios, nosotros le abrimos el espacio porque entendemos cómo funcionan las orquestas de tango nuevas. Tienen un montón de música. No los llaman porque son un montón. Los lugares por ahí son chiquitos y no entran muchos monitores y muchos micrófonos. Entonces de a poquito fuimos creciendo y juntando la cantidad de monitores, de micrófonos y de luces, para que pueda tocar una orquesta. Pero la capacidad del salón es generosa, y movilizarse tanto para tocar y no llevarse un peso, eso desgasta un poco. Si la Fierro empezó así, creo que hay que seguir con ese ejemplo, y las bandas y las orquestas que tienen una política de progreso lo pueden lograr. Hay bandas que van y le ponen mucho empeño, mucha publicidad, muchas ganas, difusión. Nosotros también apoyamos mucho con la difusión.
No vengo de la música, pero soy un conocedor. ¿Cómo analizo lo que ofrecen esas orquestas de nuevos repertorios?
Lo que tienen las orquestas nuevas es que hay muchas letras, mucha poesía, hablando de lo que está pasando actualmente. Que en años anteriores no había temáticas como la igualdad de género, la violencia de género, entonces ahora me parece que está bueno difundir ese tipo de poesía, que además está hecha por los mismos músicos que tocan. Están mostrando algo nuevo, que está bueno y que tiene que ver con lo que está pasando en la sociedad. Por ejemplo, la ley de cupo femenino la firmaron ahí, se juntaron firmas para llevar al Congreso Nacional. Entonces todo lo que está pasando nuevo me parece que es a lo que le estamos dando importancia nosotros ahora. No solo con el festival, en el mismo CAFF le da lugar a un artista consagrado, pero también le da lugar a gente que no es consagrada, y el trato es el mismo. Por eso está bueno que se armó el FACAFF porque la idea es que somos una familia, se anotaron ciento ochenta bandas, hay mucho para decir, y me parece que es eso lo que intentamos hacer con el FACAFF, que se expresen. Hay bandas que todavía no están entendiendo bien el mensaje, de lo que está pensando en la sociedad, son un poco flojas, a veces se van de mambo, pero hay orquestas y bandas que tienen el camino definido con la letra y está muy bueno, porque si bien el tango es atemporal, hay alguna letra que ya el tango machista, aunque esté bueno y se refleje la verdad, aunque lo hayan cantado las mujeres, ya no va. Ahora hay que adaptarse a la nueva movida y decir que también está esto. Te guste o no, elegilo o no, pero tenemos esto. Y si a mí no me gusta, no voy a dejar de programarlo. Después la gente decide si sigue tocando o no.
Qué reacción tiene la gente ante esas orquestas
Creo que muy bien. La gente lo recibe muy bien, yo lo veo de afuera y está interesante. No hay muchos lugares que puedan prestarse para el tango nuevo. No lo veo.
Qué edades son las que reciben a estos conjuntos
Hay de todas las edades. Creo que no hay un límite de edad. Hay gente grande y menores de edad que además toca tango.
El propósito que tuve en el momento de pensar en un festival
Las mismas bandas que tocan en el festival tocan durante el año ahí. La idea fue juntarlos todo en un mes para demostrar que la unión hace la fuerza. Lo primero que hice fue una reunión con cuarenta bandas, lo propuse y todos quisieron. Algunos hace diez años que tocan en el lugar. Llega un momento en el que ya no tendría que decirles más la hora de la prueba de sonido, hay que abrirles la puerta y decirles: es tu casa.
Vienen conjuntos de afuera de la ciudad de Buenos Aires
Vienen de todos lados. Hace poco tocó una banda de México. En el festival hay bandas de Chile, de Rosario y de Santa Fe. Todas se autogestionan, son maravillosas. Se gestionan sus pasajes, nosotros les prestamos los instrumentos para evitarles los fletes.
*El texto pertenece a la entrevista realizada por Raúl Vigini a Walter Cóccaro del Club Atlético Fernández Fierro