El trabajo y las condiciones laborales siempre han sido una de las principales preocupaciones sociales de mayor relevancia. En Argentina, según informes oficiales presentados por el INDEC, ha habido una considerable reducción en el desempleo desde 2003 cuando asumía el gobierno el entonces presidente Néstor Kirchner.
Así también el organismo oficial encargado de estadísticas y censos, indica que desde el 1º trimestre de 2003 al 3º de 2011 (último dato disponible), la desocupación pasó del 20,4% al 7,2% es decir, hubo una reducción del 64,5%.
Transformación
El ministro de Trabajo, Carlos Tomada, remarcó recientemente que este avance se debe a la puesta en marcha de un modelo de “transformación de la estructura laboral de precariedad y exclusión social heredada de las políticas neoliberales, (…) que generó las condiciones macro y microeconómicas para la promoción y expansión del trabajo de calidad”.
Así también es importante destacar la reducción del empleo no registrado, aunque éste lo ha hecho en menor medida comparado con el desempleo. Según el mismo INDEC, se pasó del 49% al 34,3% entre 2003 y finales de 2011, este valor es relevante ya que indica que prácticamente uno de cada tres trabajadores argentinos se desempeñaría en el sector informal.
Ahora si se compara por región estos valores suelen ser dispares, ya que en el NOA y el NEA este asciende al 40%, mientras que en la Patagonia es del 22%. Esto indica que este problema afecta en mayor medida a las provincias del norte, mientras que lo hace en menor medida en el centro y sur del país.
No obstante a los datos anteriormente graficados, se le deben remarcar algunas consideraciones metodológicas.
La muestra se realiza sobre 31 aglomerados urbanos, que incluyen distritos sumamente disímiles como Capital Federal, Ushuaia o San Fernando del Valle de Catamarca, dejando de lado sectores estrictamente rurales, los cuales tienen la característica de tener mayores niveles de trabajo estacionario, lo cual genera fuertes variaciones en el desempleo y el trabajo no registrado.
Más allá de estas aclaraciones, vale señalar que recomponer las bases para la generación de empleo es un trabajo a largo plazo, mientras que por el contrario la degradación de las estructuras laborales pueden ser extremadamente rápidas, como sucedió en nuestro país los noventa o como acontece en Grecia y España donde sólo en 2011 el desempleo paso del 13,9% al 19,2% y del 20,4 % al 22,9 % respectivamente.
Siguiendo estos valores y como consideración podríamos remarcar que el siguiente desafío en materia laboral, aunque si bien resta llegar al pleno empleo, será el de dotar de calidad a los actuales trabajos, reduciendo el trabajo no registrado y facilitando la consecución de aquellas herramientas que logren dar al trabajador mayores beneficios y la obtención de reclamos particulares asociados a los diferentes gremios. Fuente Consultora EGES.