Mientras el desconcierto reina en las autoridades educativas de los gobiernos nacional y provinciales respecto al retorno de las clases presenciales en las escuelas en medio de una pandemia que comenzó en marzo y no tiene fecha de finalización, desde hace más de seis meses hasta ahora se ha redefinido sustancialmente la relación entre los alumnos y sus docentes, atravesada por el etéreo e intangible mundo de lo virtual. En ese escenario impensado todo fue prueba y error hasta lograr aciertos que permitan, en un contexto de emergencia e incertidumbre generalizada, avanzar, evitar estancarse y poner a trabajar las cabecitas de los chicos. Las plataformas de reuniones con muchos participantes, el correo electrónico y las videollamadas directas fueron algunas de las herramientas que, de repente, cobraron protagonismo en el proceso educativo que hasta el momento permanecía cómodo en los modelos tradicionales: el docente al frente del aula junto al pizarrón y los alumnos en sus pupitres. ¿Tecnología? Rara vez para disparar una actividad puntual en una materia.
Con una pobreza en aumento y la caída del nivel de ingresos de miles de familias, pagar un abono a internet que garantice la conectividad de los alumnos en su casa se transformó en una dificultad mayúscula, y que por cierto también alcanzó a los docentes. La falta de una computadora o tener un equipo anticuado fue otro de los obstáculos que afectó la relación mediada por la tecnología entre educandos y educadores.
Como esta nueva realidad que gobierna nuestras vidas desde mediados de marzo seguirá un tiempo más, Unicef Argentina y Google realizaron una encuesta entre más de 800 adolescentes de entre 14 y 19 años sobre sus percepciones de la educación a distancia motivada por la pandemia de coronavirus. La principal conclusión destaca que la tecnología "vino para quedarse" cuando se vuelva a las clases presenciales y otorga una valoración muy positiva del esfuerzo docente durante todo el proceso.
La encuesta indagó sobre una población de chicos y chicas de las distintas provincias a través de una plataforma virtual y, en ese sentido, desde Unicef aclararon que -por esa razón- no aborda ni indaga sobre las percepciones de los alumnos con dificultades de conectividad que, en algunas regiones, alcanza al 66% de la población. Los especialistas del organismo de protección de los derechos de la niñez y el equipo de Google en Argentina explicaron que el trabajo buscó conocer "qué piensan y cómo se adaptaron" los chicos a una educación que "en los últimos 6 meses dio un salto cuántico, que evolucionó más que en los últimos 30 años".
Entre otros resultados destacables, estos chicos de entre 14 y 19 años valoraron la introducción de recursos pedagógicos tecnológicos y algunos incluso manifestaron su sorpresa por la tardanza histórica en la incorporación de estas herramientas que pretenden que los docentes mantengan cuando se pueda volver a la presencialidad. Los encuestados añadieron que, antes de la pandemia de coronavirus, solo 1 de cada 4 de sus docentes usaban estrategias digitales y, por ello, valoraron por sobre todas las cosas el esfuerzo realizado en esa adaptación, según publicó agencia Télam. Los videos, posteos y otros recursos creados durante estos últimos meses permitieron a los alumnos ganar en flexibilidad horaria -algo que ponderan especialmente-, en la autoadministración de los contenidos y, sobre todo, en la posibilidad de repasar todas las veces necesarias en el momento en el que lo necesitan.
La temática medioambiental se coló de una manera inesperada en la encuesta ya que los chicos expresaron que la virtualidad permite ahorrar el papel que se destina a los trabajos y exámenes. La encuesta también fue contundente en otro sentido: lo que menos les gusta es que la modalidad actual sea "solo virtual", ya que afirmaron que no pudieron incorporar de manera definitiva la virtualidad como rutina de aprendizaje y cerca del 72% dijo que quieren volver a clases presenciales.
Con respecto al acompañamiento que recibieron en pandemia, el 60% de los encuestados afirmó haber sentido el apoyo de familiares y docentes, mientras que un 19% dijo haberse sentido solo en el proceso. Desde Google destacan que educación y tecnología están estrechamente ligadas. Dos cifras fundamentan la situación: desde el inicio de la pandemia, la plataforma educativa Google Clasroom tuvo un crecimiento de usuario del 100%, llegando a 140 millones de personas, de los cuales 1,2 millones en Argentina. Sin embargo, desde Unicef señalaron que a través de otras encuestas -tanto públicas como las encaradas por el Ministerio de Educación- se pudo ver durante estos meses de clases en modalidad remota que el país mantiene "brechas digitales muy marcadas". Sólo 1 de cada 2 hogares cuenta con una computadora disponible para la educación y la problemática se acentúa en algunas zonas del norte del país, dónde el acceso a internet estable y de buena calidad llega a 35% de los hogares.