Suplemento Economía

La educación superior como una herramienta para el desarrollo


Por Matías Nellen y

Juan Ignacio Ruggia


Desde principios de los años 90 Rafaela se ha convertido en el polo industrial más grande de la región, como consecuencia de la acertada política de desarrollo implementada por la Municipalidad de Rafaela, acompañada por el sector privado y las organizaciones de la sociedad civil.

Sin embargo, el mundo globalizado genera cambios constantes que obligan a pensar la transición de un paradigma puramente industrial a uno centrado en el conocimiento, la innovación y la tecnología, poniendo en crisis el modelo rafaelino.

Aquí es donde reside la importancia de las funciones de formación, extensión e investigación que promueve la casa de estudios de la ciudad, jugando un rol muy importante a la hora de pensar y gestar los cambios que se necesitan para estar a la altura de los requerimientos del mundo en el que vivimos.

En la actualidad Rafaela cuenta con más de 6000 estudiantes que cursan en la Universidad Tecnológica Nacional, la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales, la Universidad Católica de Santiago del Estero, el Instituto Superior del Profesorado Nº 2, la Universidad Católica de Santa Fe, el Instituto Tecnológico de Rafaela y la Universidad Nacional de Rafaela que proporcionan más de 50 carreras terciarias y universitarias, públicas y privadas, que son aprovechadas por los ciudadanos rafaelinos y de la región, como así también de Córdoba, Santiago del Estero y Entre Ríos.

Según la “Encuesta a estudiantes que finalizaron sus estudios medios en 2017” realizada por el ICEDEL, el 72% de los encuestados tienen pensado continuar estudiando una carrera universitaria y el 67% lo hará en la ciudad de Rafaela. Demostrando que la ciudad ha consolidado en el último tiempo una variada oferta académica mediante la incorporación de nuevas Instituciones de educación superior y la diversificación de las alternativas disponibles que componen una fuerte oferta educativa local, estas entidades ofrecen opciones de cursado de carácter presencial y procesos de enseñanza a distancia.

Cuando los estudiantes finalizan sus estudios secundarios, y algunos mucho antes de ello, pasan a vincularse con el mercado laboral, dotando de profesionales capacitados al sector productivo de la ciudad. En este punto radica la importancia de que se conjugue una relación estrecha entre las universidades y los actores del sector productivo de la región.

Dentro de las diez principales carreras elegidas encontramos rubros variados: las cuatro principales corresponden a las ciencias naturales y sociales (Abogacía, Medicina, Psicología y Kinesiología) que no forman personas directamente vinculadas a las empresas pero que desarrollan el capital social necesario para la ciudad. Las seis profesiones restantes elegidas tienen un fin más orientado al desarrollo de las industrias (Ingeniero Industrial, Contador Público, Relaciones de trabajo, Arquitectura, Educación Física y Nutrición). Este aporte se completa por aquellas carreras terciarias elegidas, entre las cuales se destaca la Tecnicatura Superior en Administración de Empresas.

Las instituciones de estudios superiores tienen la facultad de producir conocimiento a través de sus centros de investigación, es clave destacar el nacimiento de la oficina de Ciencia y Técnica de Conicet- UNRaf con un marcado enfoque territorial. Estos conocimientos generados no deben quedar solo dentro del mundo académico, sino que deben fortalecer los vínculos para que la comunidad en su conjunto pueda darles respuesta a las nuevas demandas En este punto juegan un rol importante las políticas de articulación y extensión de las universidades.

El análisis de los procesos formativos exige revisar tanto los procesos educativos formales que desarrollan los establecimientos terciarios y/o universitarios, como el abanico de opciones enmarcadas dentro de la denominada “educación no formal”. A diferencia de las primeras, éstas últimas se materializan a través de cursos de corta duración, con objetivos formativos específicos, pudiendo ser dictados por organizaciones educativas como por otras instituciones del territorio (gobierno local, gremios, asociaciones, agencias de desarrollo, entre otros). Con respecto a este escenario, casi la mitad de los estudiantes secundarios manifestó interés por participar en estos cursos de capacitación, siendo una opción más frecuente entre aquellos que tienen pensado continuar con estudios de nivel superior (el 24,6% solamente tiene pensado realizar este tipo de cursos). Las principales temáticas elegidas para estos estudios son las capacitaciones en distintos oficios (electricidad, plomería, gasista, albañilería, repostería, peluquería, entre otros) que ofrecen una salida laboral a desarrollar tanto en relación de dependencia, como por cuenta propia.

Este panorama nos muestra que la ciudad de Rafaela cuenta con los recursos y mecanismos para poder estar a la altura de los requerimientos a nivel global, para ello es necesario que sus instituciones estrechen y concreten acciones en conjunto con el fin de poder seguir por la senda del desarrollo.



Autor: REDACCION

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