Suplemento Economía

La economía en contratapa

CONFLICTO. Fabiola Yañez y Alberto Fernández dominan la agenda pública desde hace dos semanas.
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En las próximas líneas trataremos de pasar brevemente por las variables económicas más representativas a modo de ver donde estamos parados en esta Argentina compleja. Si observan los medios de comunicación pueden ver que las noticias económicas ya no están en primera plana, o al menos no con la asiduidad en la que estábamos acostumbrados, lo cual es positivo en cierta medida. Si hablamos menos de economía es porque las cosas pintan para mejor.

Con superávit fiscal desde hace 8 meses y un control monetario tremendamente riguroso tras la eliminación de la emisión, el Gobierno nacional ha logrado mantener un dólar bajo y una inflación relativamente controlada, la cual viene disminuyendo cada mes.

En este escenario, si el Gobierno logra una recuperación salarial seguida de crecimiento del empleo, podría mostrarse muy sólido para enfrentar la elección de medio término del año próximo, de la que todavía no se habla, pero si se trabaja fuerte y solapadamente (más allá de las tensiones y las internas en el partido de gobierno).

Entre agosto y septiembre, se destacan las medidas de blanqueo de capitales y aumento de la recaudación impositiva, tanto por los vencimientos postergados de Ganancias y Bienes Personales, como por lo que se recaude del blanqueo de bienes. Un éxito en estas políticas podría fortalecer significativamente la posición de la Casa Rosada.

En cuanto al blanqueo, se ofrece la posibilidad -tanto para argentinos residentes como no residentes- de blanquear hasta 100 mil dólares sin costo alguno. Para montos superiores, se aplicará un 5% hasta el 30 de septiembre. Aunque queda poco tiempo, si se logra blanquear incluso solo el 7% del total estimado en el exterior (es decir, 30 mil millones de dólares de los 400 mil millones no declarados), sería un gran éxito para el gobierno, tanto en términos financieros como políticos. Dicha cifra equivale al total de reservas que actualmente se encuentran en el BCRA.

Por su parte, el cepo cambiario sigue sin una fecha clara de resolución, lo que ralentiza considerablemente el crecimiento económico. Esto se suma a la necesidad de gestionar las reservas y la refinanciación de la deuda, aspectos cruciales para reducir el riesgo país. Un menor riesgo país significaría tasas de interés más bajas para la deuda a renovar, lo cual es vital.

Sin embargo, si el peso se fortalece demasiado por la falta de emisión y el pago de la deuda, las tasas de interés, pactadas en el pasado al 40-50%, quedan muy altas y hacen insostenible la situación. En tal caso, las opciones serían una renegociación de la deuda o el camino propuesto en campaña de una dolarización, la cual vemos lejana por ahora.

Hay compromiso del Poder Ejecutivo Nacional de que el país no tomará nueva deuda, sino que solo renovará la existente, lo cual también pone en relieve la importancia de mantener un riesgo país bajo para minimizar los costos de financiamiento.

Por otro lado, se planteó una reducción del impuesto PAIS del 17,5% al 7,5%, a partir de septiembre, lo que disminuiría el costo del dólar tarjeta llevándolo a $1.375, valor similar a la cotización actual de los dólares libres. Esto por un lado afectaría la recaudación, pero bajaría el costo de los insumos y productos importados, fraccionando a la baja la inflación. Como en el corto plazo no se prevén nuevos ajustes tarifarios ni incrementos estacionales, el índice de inflación podría acercarse al 3%. En este caso, se estima una inflación núcleo cercana al 2%, por ahora un valor piso dado que el tipo de cambio se mueve oficial y deliberadamente al 2.2% mensual.

Existen dudas sobre el impacto de esta reducción impositiva en las cuentas públicas, dado que el impuesto PAIS ha sido una fuente creciente de ingresos, con una recaudación de $780.041 millones en junio, lo que representó un aumento interanual de casi 1322%. La disminución del impuesto busca compensarse con ingresos adicionales del Pacto Fiscal, como la reciente modificación del Impuesto a las Ganancias y la moratoria para Bienes Personales, que aplicará una alícuota reducida del 0,45% anual.

Aunque las cifras macroeconómicas parecen estar bajo control, aún queda un largo camino por recorrer antes de que se pueda hablar de un crecimiento sostenido, que redituará en la baja de la pobreza, hoy en niveles de escándalo. Como decíamos, las noticias económicas poco a poco están dejando el lugar en primera plana, esperemos que continúe así.

#BuenaSaludFinanciera

@ElcontadorB

@GuilleBriggiler.

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