Editorial

La economía china

Aun cuando el nivel de consideración se encuentre bastante cuestionado, el FMI continúa siendo uno de los organismos financieros más influyentes del mundo, siendo tanto de esa manera que en muchos casos sus enviados a distintos países asociados en problemas, son los que terminan definiendo medidas a implementarse y a veces, hasta el delineamiento integral de las políticas. Dentro de sus resultados se inscriben tanto éxitos como fracasos, habiendo resignado posicionamiento en estas últimas décadas, especialmente por la sucesión de crisis que no fueron debidamente anticipadas por el organismo, y en ciertos casos, llegando a aconsejar la aplicación de medidas que no hicieron otra cosa que agravar la situación existente.

Así y todo, con esta introducción, el FMI sigue siendo muy escuchado, de manera especial en sus diagnósticos. Tal como acaba de hacerlo respecto a la economía de China, una de las más observadas estos últimos años, ya que de ella, directa a indirectamente, dependen muchas otras regiones del mundo, por ejemplo esta parte de América del Sur en que está nuestro país, ya que China es un importante comprador de insumos primarios, en el caso concreto de la Argentina, de poroto de soja y sus derivados.

Pues bien, lo que el FMI ha sentenciado es que la economía china no sólo se ha desacelerado en los últimos meses de manera muy considerable, sino que además el actual ritmo de expansión mucho más moderado tal vez tampoco llegue a sostenerse, salvo que el gobierno de China disponga la aplicación de cambios sistemáticos muy importantes, y muy pronto, pues a juzgar por el organismo financiero la situación no da para más y exige esta clase de modificaciones.

Dice el informe que "aun cuando China tiene buenos amortiguadores para resistir la crisis, los márgenes de seguridad están disminuyendo". Hoy el crecimiento anual, aunque muy bueno, se encuentra en una tasa anual del 7,5%, muy por debajo del récord alcanzado en 2007 cuando se crecía a razón del 14%, viéndose afectado por toda la sucesión de crisis financieras que se desataron desde entonces, aunque con un mismo origen, pero siempre con mayor furor en alguna de las zonas más desarrolladas, como por ejemplo Estados Unidos, Europa y Japón.

Uno de los inconvenientes que observan los técnicos especialistas del FMI es que en China se están volcando grandes masas de dinero en el mercado de bienes raíces e inversiones en infraestructura, las que si bien aceleran el crecimiento en el corto plazo es en cambio muy poco lo que podrán hacer para la economía de ese país en el futuro inmediato.

Además, el FMI calificó al yen, la moneda china, como "subvaluada", situación que ayudó para incrementar sus exportaciones pero perjudicó en cambio a numerosos países cuyos productos se volvieron menos competitivos a nivel internacional. Una historia que no tiene vueltas, pues cuando hay devaluación y sobrevaluación siempre hay quienes ganan y otros que pierden.

De todas maneras, y dentro de estas perspectivas, el FMI sostiene que los desequilibrios dentro de la economía del gigante asiático continúan siendo pronunciados, de modo especial por el escaso crecimiento que tuvo el consumo, que aún no pudo compensar la pérdida de los consumidores de otros grandes países, como por ejemplo los casos de Estados Unidos, Alemania y Gran Bretaña.

Pero también, en el reciente informe de la entidad financiera mundial, se puntualizaron varios y muy precisos aspectos que son los que están afectando la expansión de China, y que, de continuar dándose estas circunstancias, en poco tiempo pueden llegar a causar un fuerte impacto en otras economías del mundo, de modo especial aquellas que están más directamente atadas al comercio con el gigante asiático. Razón por la cual se aconsejó a ciertos sistemas en países emergentes, ir tomando las previsiones correspondientes, siendo uno de los cuestionamientos hacia el sistema financiero, planteándose la idoneidad de los controles regulatorios, como así también la calidad de las garantías y la valoración del riesgo. Pero además, el exceso de gastos financiados con deuda en que incurren los gobiernos, que pueden llegar a significarles muy fuertes inconvenientes en el corto plazo.

Así las cosas, hoy el mundo entero está observando a China, poco menos que con lupa.

Autor: REDACCION

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