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La drástica caída de los casos en Estados Unidos

FOTO AFP NUEVA YORK. Una mujer con barbijo caminando por "La Gran Manzana".

WASHINGTON, Estados Unidos, 16 (AFP). - En las últimas semanas, los datos sobre los casos de coronavirus en Estados Unidos -que durante mucho tiempo han sido un barómetro de la gravedad de la pandemia- han enviado algunas señales alentadoras: la tasa de nuevas infecciones registradas está cayendo en picada de costa a costa y la peor oleada hasta el momento está finalmente cediendo.

Sin embargo, los científicos están divididos en cuanto a la razón exacta de este fenómeno. Hay quienes apuntan al ritmo acelerado de la administración de la vacuna contra el coronavirus, otros dicen que se debe a la variación estacional natural de los virus respiratorios y otros la atribuyen a las medidas de distanciamiento social.

No obstante, todas las explicaciones van acompañadas de dos importantes advertencias: el país sigue estando en una mala situación, ya que continúa registrando más de 90.000 nuevos casos cada día, y los recientes avances podrían revertirse, ya sea por nuevas variantes del virus de rápida propagación o por la relajación de las medidas de distanciamiento social.

La media diaria de nuevas infecciones en Estados Unidos alcanzó su máximo histórico de 248.200 el 12 de enero, según los datos recopilados y analizados por "The Washington Post". Desde entonces, la cifra fue descendiendo cada día, llegando a 91.000 el pasado domingo, su nivel más bajo desde noviembre.

Un ex director de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades respaldó la idea de que los estadounidenses están viendo ahora el efecto de su buen comportamiento, y no del aumento de las vacunas. "No creo que la vacuna esté teniendo un gran impacto en absoluto en las tasas de casos", señaló Tom Frieden en una entrevista en el programa "Fareed Zakaria GPS" de CNN.

Frieden agregó: "Esto es lo que estamos haciendo bien: mantenernos separados, usar máscaras, no viajar, no mezclarnos con otros en el interior", pero advirtió que "no estamos ni mucho menos fuera de peligro, ya que hasta el momento padecimos tres oleadas, y depende de nosotros que no tengamos una cuarta".

Por su parte, la infectóloga Rochelle Walensky, dijo en una ronda de entrevistas televisivas que "el comportamiento de la población será crucial para evitar otro pico de infecciones y que es demasiado prematuro como para que los estados flexibilicen el uso de mascarillas".

"Es alentador ver que estas tendencias descienden, pero lo hacen desde un lugar extraordinariamente alto", agregó en el programa "Meet the Press" de NBC.

Los investigadores del Instituto de Métrica y Evaluación de la Salud de la Universidad de Washington, que publica un popular modelo de coronavirus, se encuentran entre los que atribuyen el descenso de los casos a las vacunas y a la estacionalidad del virus, que, según los científicos, se propaga más rápidamente cuando hace frío.

En el informe más reciente, los autores escriben que los casos "han disminuido considerablemente, con un descenso de casi el 50% desde principios de enero". "Dos factores están reduciendo la transmisión: el aumento continuado de la vacunación, ayudado por la fracción de adultos dispuestos a aceptarla, que ya alcanza el 71%; y la estacionalidad, que va a contribuir a la disminución del potencial de transmisión desde ahora hasta agosto".

El modelo predice 152.000 muertes más por COVID-19 para el 1 de junio, pero proyecta que el despliegue de la vacuna salvará 114.000 vidas.

En la última semana, el país administró colectivamente 1,6 millones de dosis de vacunas al día, según el análisis que realizó "The Washington Post" a partir de datos estatales y federales, siendo la mejor semana hasta ahora para la campaña, superando incluso el elevado objetivo del presidente Joe Biden de administrar 1,5 millones de vacunas por día.

Casi 40 millones de personas recibieron al menos su primera dosis de la vacuna, cifra que representa alrededor del 12% de la población estadounidense. En ese sentido, los expertos afirmaron que entre el 70% y el 90% de las personas deben tener inmunidad, ya sea por vacunación o por infección previa, para acabar con la pandemia.

También surgió una cuarta explicación, menos optimista: "simplemente, hay más casos nuevos que no se detectan", aseguró Eleanor Murray, profesora de epidemiología en la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Boston.

Autor: REDACCION

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