Para evitar el ajuste en términos de shock y poder hacerlo con gradualismo, la única manera debido al desequilibrio que existe entre los gastos y los ingresos, es acudir a la toma de préstamos en el exterior y continuar con el endeudamiento. De tal manera, para este año se estima que la deuda pública aumentará en 42.000 millones de dólares, para de esa manera ampliar el total de 275.000 millones actuales a 317.000 millones de la divisa estadounidense. Eso al menos, es lo que se establece en el mensaje que acompaña al proyecto de Presupuesto 2018, donde se señala que "la deuda pública total de la Argentina con el sector privado y organismos internacionales ascendería a fines de 2017 a u$s 153.900 millones, equivalente a 28,5% del PBI".
Pero si se incluye también la deuda intrasector público, es decir, con la ANSES, Banco Central y Banco de la Nación Argentina entre otros organismos, entonces el total se elevaría a 317.000 millones, equivalente al 58,7% del producto bruto interno.
Se recuerda que a fines de 2016 la deuda interna y externa del Estado nacional, en pesos y moneda extranjera, incluida aquella con los organismos públicos mencionados, llegaba a 275.446 millones de "verdes", que explicaba el 54,2% del PBI, según datos del propio Ministerio de Hacienda. Cabe destacar que en la misma está incluida la deuda que todavía se debe al pequeño grupo de bonistas que no se integraron a los canjes de deuda y no consideraba lo que todavía se adeudaba del cupón de PBI por bonos vinculados al crecimiento de la economía, significando 13.000 millones de dólares. Y retrocediendo un poco más, a fines del año 2015 la deuda pública bruta, también incorporando la que ya estaba en default, llegaba a 240.665 millones, entonces equivalente al 53,5% del PBI, razón por la cual luego de haber crecido 35.000 millones en 2016 este año se expandirá otros 42.000 millones.
Mientras tanto, y de acuerdo con lo señalado anteriormente, según lo dispuesto en el Presupuesto para 2018 el endeudamiento pegará otro salto similar a los anteriores consignados en virtud que el déficit fiscal estimado es de 681.803 millones de pesos, equivalentes al 5,5% del PBI, o bien 35.326 millones de dólares si consideramos un dólar al promedio de 19,30 pesos.
Debido a la cotización de nuevos bonos y letras, como así también nuevos préstamos de organismos internacionales, el financiamiento previsto es posible que el año que viene supere los 46.000 millones de dólares.
La estimación actual es que el 80% de la deuda está constituido por divisa extranjera y el 20% en pesos, en tanto que si se retrocede más hacia atrás, en 2005 luego del primer canje de deuda, entonces el total acumulado ascendía a 154.271 millones de dólares, por lo cual hacia fines de 2017 habría registrado en consecuencia un aumento de 163.000 millones.
Mirando la proporción con el PBI la deuda pública viene teniendo un curso ascendente, habiendo pasado del 38,7% de 2011 al 53,5% de 2015, al 54,2 de 2016 y al 58,7% de 2017. Es por eso que también fue creciendo la carga financiera, es decir, pasando de ser los intereses el 1,4% del PBI en 2015, al 1,6% en 2016 y al 2,2% de 2017, aunque para 2018 se estima que se elevará al 2,3%. Todo lo cual significa un mayor gasto en intereses con el peso que es para el gasto integral y la profundización del rojo de las cuentas públicas.
Una aclaración que a esta altura debe ser formulada es que el detalle de toda esta deuda pública no incluye lo que corresponde a las provincias ni tampoco las deudas del Banco Central por las Lebac tanto en pesos como moneda extranjera.
El mensaje que acompañó la presentación del Presupuesto, sin considerar la deuda con el Banco Central, la ANSES y el resto de organismos públicos que fueron aportantes, el monto de lo que se debe tanto al sector privado como a organismos internacionales es del 28,5% del PBI este año, e iría aumentando a razón de unos 3 puntos anuales, pasando entonces a 31,1% en 2018, al 34,3% en 2019 y 37,3% en 2020. Si se logra el prometido equilibrio fiscal, entonces esa figura comenzará en 2021 el descenso.
Lo que concretamente dice el gobierno es que "estos niveles de endeudamiento son bajos tanto en términos históricos como en relación a los demás países de la región".