Suplemento Economía

La deuda a fondos buitre ¿una herencia para el 2015?

La

estrategia de dejar que el problema de la deuda reclamada por los

fondos "buitre" lo resuelva el próximo gobierno encuentra escollos

cada vez más duros en la justicia de Nueva York, la cual considera

que la administración de Cristina Fernández busca hacer "trampa"

en el litigio. 

La Argentina intenta dilatar una salida para el litigio con los

fondos buitre, pero choca con la sorpresiva dureza del juez de

Nueva York Thomas Griesa, quien ha tomado partido por los fondos

especulativos y mantiene una posición cada vez más distante del

gobierno kirchnerista.

A tal punto que, en un hecho poco usual, Griesa emitió una

advertencia al enterarse de que la Argentina insinuaba cambiar la

jurisdicción para el pago de los títulos de deuda.


El gobierno amagó con esa medida extrema porque considera que

existen pocas chances de que la Corte Suprema de Estados Unidos

incluya la apelación argentina en su listado de causas a tratar.

Al menos no lo ha hecho hasta ahora y se reducen los tiempos

para que ello ocurra.


Si la Corte rechazara tomar la causa, automáticamente quedaría

firme el fallo de Griesa que obliga a la Argentina a pagarle 1.340

millones de dólares a los fondos buitre que iniciaron el litigio

en el tribunal de Manhattan.

Pero, aún peor, sentaría un precedente para que el resto de los

bonistas también reclamaran cobrar al 100 por ciento sus títulos

de deuda, lo que pondría a la Argentina en "default técnico".


El análisis no es especulación de especialistas, sino un hecho

concreto del cual Cristina tomó nota hace varios meses por las

advertencias que llegaban del estudio jurídico que representa a la

Argentina en Nueva York.

El ministro de Economía, Hernán Lorenzino -quien se ve fuera

del Palacio de Hacienda después de octubre y podría ser

reemplazado por Axel Kicillof o Mercedes Marcó del Pont-, estuvo

en Estados Unidos sondeando lo que viene y se lo sinceró a la

presidenta, lo cual explica en parte la virulenta reacción de la

mandataria.


"Nos quieren dejar en default", bramó Cristina Fernández, quien

buscó comparar sus padecimientos con las penurias que viene

sufriendo Barack Obama, cuyo gobierno quedó en una encerrona

presupuestaria que obligó a paralizar la administración pública.

Cristina dijo que legisladores republicanos "extorsionan" al

gobierno de Obama al no aprobarle el Presupuesto como lo hace la

Justicia norteamericana con la Argentina.


En cuanto al Presupuesto, la presidenta no se puede quejar de

lo mismo aquí, donde no sólo su polémico proyecto va camino de

convertirse en ley la semana próxima, sino que también obtendrá la

aprobación de la controversial ley de Emergencia Económica, por la

cual se pueden reasignar partidas y mantener el distorsivo

impuesto al Cheque, que cada vez recauda más y buena parte no se

coparticipa sino que engorda Rentas Generales.


Sobre lo segundo, a esta altura parece que la Argentina erró la

estrategia judicial en la causa iniciada por los fondos buitre, en

especial cuando subió el tono de los discursos y dijo que más allá

de lo que resolviera la Justicia norteamericana la Argentina no le

pagaría a los bonistas lo que pretenden.


Un revés ante la Justicia norteamericana tal vez termine siendo

el último acto de un ministro de Economía al que la presidenta

debería haber escuchado un poco más y dejará para el anecdotario

una frase tal vez sobredimensionada pero literal: "Me quiero ir".

Autor: José Calero

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