El gobierno británico tuvo que admitir que la crisis del empleo se acentúa mes a mes, leve pero persistentemente, al exhibir datos que muestran un deterioro de la situación económica de Gran Bretaña.
- Salarios congelados.
- Falta de trabajo.
- Crecientes niveles de expulsión de mano de obra en el sector estatal.
- Alarmante estancamiento de las inversiones.
Estas son las señales que marcan la coyuntura inglesa.
Al igual que en todos los países europeos, la decadencia se hace sentir entre los sectores jóvenes de la población, donde la desocupación casi triplica la media nacional.
Según un informe de la Oficina Nacional de Estadísticas (ONS), el índice de desempleo subió a un 8,4%, lo que equivale a 2,68 millones de personas, el registro más alto desde enero de 1996.
De acuerdo al organismo, la desocupación alcanzó a 118 mil nuevos trabajadores entre septiembre y noviembre pasados, y el número de británicos que cobró el seguro de desempleo en diciembre también aumentó, para situarse en 1,6 millones. En el mismo período, el número de jóvenes sin trabajo trepó a 1,4 millones, con un índice de desempleo entre personas de 16 a 24 años que llega a un récord del 22,3%.
Tras el anuncio, y durante un acalorado debate en la Cámara de los Comunes, el primer ministro David Cameron se limitó a comentar que los números del desempleo “no son buena noticia”.
Mientras el jefe de la oposición laborista, Ed Miliband, lo acusaba de “no hacer nada para enfrentar el drama”, Cameron decía que “cualquier incremento del desempleo es decepcionante, y obviamente una tragedia para la persona que queda sin trabajo, pero estamos tomando acciones para hacer que los británicos vuelvan a obtener un empleo”. El primer ministro no dijo cuáles son esas acciones.
El informe de la ONS trató de eximir de responsabilidades al sector privado –que en los dos meses considerados creó 5000 puestos–, señalando que el Estado “no está ayudando”, ya que en el período tomado despidió a 67 mil de sus trabajadores. Tras la lectura de estos datos, Miliband volvió a cargar, para señalar que el gobierno conservador “está realizando demasiados ajustes y a un ritmo demasiado rápido”. Según el líder de los laboristas, “la característica que define a este gobierno es que no hace nada mientras miles de personas quedan desocupadas”.
El ministro de Empleo, Chris Grayling, terció en el debate para decir que las cifras oficiales son “complejas”. El ministro de Empleo en las sombras, el laborista Liam Byrne, recordó que el mes pasado Grayling –a quien descalificó llamándolo el “ministro del desempleo”– había dicho que el mercado laboral se estaba estabilizando, “cuando los números confirman que estamos en una emergencia”.
En Escocia, el número de personas sin trabajo aumentó en 19 mil, para situarse en 231 mil personas (un 8,6%).
En Gales la desocupación cayó en unos imperceptibles 1000 puestos de trabajo, con lo que los parias son 130 mil (8,9%) y en Irlanda del Norte la tasa cayó al 6,8%, con 7000 casos menos. “Hay una hemorragia de puestos de trabajo en los sectores público y privado y nadie parece saber cómo detenerla”, comentó Paul Kenny, líder del sindicato GMB. (Ansa).