PARIS, 9 (AFP-NA). - El secretario de Estado
norteamericano John Kerry prosiguió este domingo en París la
ofensiva diplomática de Estados Unidos y Francia para sumar
respaldo a un ataque contra Siria, acusada de haber perpetrado una
matanza con armas químicas.
Sin embargo, el presidente sirio, Bashar al Asad, negó una vez
más en una entrevista con el canal estadounidense CBS estar detrás
del ataque químico en las afueras de la capital siria el 21 de
agosto pasado.
Después de haber obtenido el sábado el "apoyo político" de los
europeos a una "respuesta clara y fuerte" a este ataque, Kerry se
reunió el domingo en París con los cancilleres de Egipto y Arabia
Saudita y con representantes de la Liga Arabe.
"Acordamos de forma unánime que el uso odioso de armas químicas
por Asad (...) ha cruzado una línea roja internacional", declaró
Kerry tras el encuentro en París.
"Un número de países firmó
inmediatamente el comunicado (aprobado por doce países) del G20",
en el que se hace un llamado a una "respuesta fuerte" a Siria, añadió.
Entre ellos, Arabia Saudita y Catar, que apoyan a la oposición
siria. En lo que respecta a los otros países, "cada uno hará su
propio anuncio en las próximas 24 horas", dijo Kerry.
Irán, el principal aliado regional de Damasco, reiteró por su
parte su oposición a cualquier intervención extranjera en Siria,
"ilegal" según la Carta de las Naciones Unidas, afirmó el jefe de
la diplomacia iraní, Mohamad Javad Zarif, de visita Bagdad. Su homólogo iraquí, Hoshyar Zebari, también pidió una solución
pacífica, afirmando que un "ataque militar afectarían los
esfuerzos políticos en curso".
Durante todo el fin de semana, París y Washington reiteraron su
voluntad de "sancionar" militarmente al régimen sirio, haciendo
alarde de un apoyo internacional "amplio y creciente".