BRASILIA, Brasil, 7 (AFP-NA). - El presidente brasileño, Michel
Temer, acorralado por graves acusaciones de corrupción, enfrenta desde ayer el reinicio de un juicio en el Tribunal
Superior Electoral (TSE) que puede anular su mandato.
Brasilia, sede del gobierno y del tribunal electoral, amaneció
en un clima de normalidad, a la espera de movilizaciones
anunciadas por grupos de izquierda en las inmediaciones de la
corte.
El proceso, que hasta hace poco parecía condenado al fracaso,
cobró relevancia desde que el pasado 17 de mayo salió a la luz una
grabación en la que Temer parece dar aval al pago de un soborno.
El escándalo disparó los pedidos de renuncia y de juicios de
destitución en su contra.
Los siete jueces del TSE juzgarán los comicios de 2014, en los
que resultó reelecta la fórmula Dilma Rousseff (PT, izquierda) -
Michel Temer (PMDB, centroderecha), por presunto abuso de poder y
financiación ilegal procedente del megafraude a Petrobras.
Las denuncias fueron presentadas en 2014 y 2015 por el PSDB
(centroderecha), derrotado en las urnas pero que en la actualidad
es, paradójicamente, el principal aliado del PMDB de Temer, quien
asumió la presidencia hace un año tras la destitución de Rousseff.
El juicio debería terminar mañana, pero algunos expertos coinciden en que hay muchas probabilidades de que se
alargue por semanas si uno de los magistrados pide "vista" para
suspender el debate y revisar el caso.