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Japón: es extrema la contaminación en agua

TOKIO (LANACION.COM.AR). - La decisión del gobierno de Japón de verter al Océano Pacífico 11.500 toneladas de agua radiactiva proveniente de la planta nuclear de Fukushima fue "el mal menor" respecto de otras elecciones, según afirmó ayer la Agencia Nacional Italiana para Nuevas Tecnologías, Energía y Medio Ambiente.

Aunque esa decisión ya comenzó a traer consecuencias: cantidades de yodo 131 cercanas a 7,5 millones más de la normal fueron verificadas en las aguas frente al reactor número 2 de la central nuclear de Fukushima, informó ayer Tepco, la empresa que gestiona la planta. La muestra fue recogida el sábado y se conoció que el límite legal en Japón de presencia de yodo 131 en el agua de mar es de 0,04 becquereles por centímetro cúbico.

Tepco había detectado el sábado que del foso del reactor 2 se está filtrando directamente al mar agua radioactiva, otra consecuencia preocupante por el desastre en el complejo nuclear cuando fue dañado por el terremoto y maremoto del 11 de marzo.

La prefectura de Fukushima realizó mediciones de los niveles de radiación en los patios y en los campos de juego de las escuelas. Por otro lado, el gobierno japonés evalúa pedir en préstamo a Rusia el "suzuran", una plataforma construida en 2001 para la limpieza de los líquidos radiactivos de los submarinos nucleares.

"Estamos verificando si es técnicamente posible utilizarlo para nuestro problema", dijo Hidehiko Nishiyama, portavoz de la Agencia Japonesa para la Seguridad Nuclear. "Suzuran", la mayor plataforma del mundo en su género, trata productos químicos y líquidos radiactivos.

En Fukushima se encontraron frente a una elección y se optó por una solución que tuviera un impacto menor", aseguró el experto Emilio Santoro. En ese sentido, sostuvo que si se decidió verter al mar el agua contaminada fue para "controlar una situación que de otra manera se hubiera vuelto más crítica".

El agua volcada en el Océano Pacífico proviene de las sentinas de los edificios que contienen los reactores y las turbinas, inundó todos los espacios libres y se contaminó luego de las explosiones sucedidas en los días siguientes al terremoto de 9 grados y posterior tsunami en el noreste de Japón, el 11 de marzo.

Otra causa de la contaminación fueron las operaciones para enfriar las piscinas de almacenamiento en las cuales se conserva el combustible una vez utilizado: las operaciones todavía en curso harían pensar en una pérdida que deja filtrar el agua contaminada hasta los pisos más bajos de los edificios.

Autor: Redacción

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