Editorial

Inversión en baja

En materia de inversiones no hay buenas noticias, ya que en el tercer trimestre de este año próximo a concluir, cayó nuevamente ese rubro, haciéndolo por segundo trimestre consecutivo. La admisión en las estadísticas viene del propio INDEC, un organismo que desde 2007 viene tratando de disimular aquellos índices que son desfavorables para las expectativas del gobierno, por ejemplo con una inflación que oscila anualmente en los 10 puntos, cuando casi todas las consultoras privadas -que lo hacen nucleadas en el denominado índice Congreso para evitar ser sancionadas- y también las pocas provinciales que quedan activas estiman la inflación entre 25 y 30 puntos. Es por esa razón que se podría suponer, que ese informe sobre la caída de las inversiones, puede haber sido objeto de alguna clase de retoque.

La baja de las inversiones tiene un fuerte poder de impacto, más a futuro que en lo inmediato, ya que es una especie de adelanto del estancamiento de la actividad económica, la cual, según las cifras suministradas por el organismo oficial, en el aludido tercer trimestre experimentaron un leve repunte de 0,7% en comparación con igual lapso de 2011. Se trata de un pequeño avance con relación al segundo trimestre cuando la economía había permanecido estancada, aunque por ser tan leve el avance, no puede asegurarse que esto marque el comienzo de una tendencia recuperadora, más aún por lo que se ha visto en este tercer trimestre -aún sin concluir y por lo tanto sin las estadísticas correspondientes-, donde casi todos los indicadores están mostrando un retroceso. Justamente, yendo en contra de la mayoría de los pronósticos, que indicaban que en esta segunda mitad del año la economía iba a estar en plena recuperación. 

Hoy, desde el gobierno se habla de 4 puntos de crecimiento, mientras que en cambio los especialistas coinciden en 2 puntos, lo cual es una diferencia bastante grande entre uno y otro extremo. Habrá que aguardar los números finales, que según los análisis conocidos, estarán muchísimo más cercanos a la estimación más baja.

Podría decirse, que la recuperación es muy lenta, apenas perceptible, pero que en caso de sostenerse no deja de ser alentadora. Lo complicado en cambio, en cuanto a futuro, es esta baja en las inversiones, que comprometen seriamente la actividad en el corto plazo, pues se trata de un comportamiento indicativo de ingresarse en un lapso de retracción. Una ecuación muy sencilla: sin inversión, no hay crecimiento.

El PBI de nuestro país experimentó un crecimiento de 1,8 en los primeros 9 meses del año, lo cual viene a abonar lo expresado en cuanto a la expansión económica de 2 puntos, ya que lo visto en este trimestre final (octubre, noviembre y diciembre) no da para ser optimistas, tal como se muestran los cálculos oficiales.

Lo curioso, aunque es algo que se viene dando sostenidamente en los últimos años, es que la Argentina está por debajo de los índices de casi todos los países latinoamericanos, pues mientras aquí bajan las reservas del Banco Central, en los demás aumentan, ocurriendo otro tanto con el crecimiento económico y también con las inversiones, donde vamos a la zaga. 

Veamos. En términos trimestrales, la inversión -según el informe del INDEC-  experimentó una retracción de 3,5% comparada con igual período de 2011, en tanto que otros indicadores dan cuenta que la construcción estuvo en un 5,1% de retroceso como consecuencia de los negativos efectos del cepo al dólar, mientras que las trabas impuestas a las importaciones hicieron caer la actividad en general 2,1%, de manera especial por las dificultades para la compra de insumos.

De acuerdo con las estimaciones de algunos consultores económicos, aunque en el tercer trimestre las inversiones cayeron 3,5 puntos, el año terminará con un retroceso muy significativo, que estaba en el orden del 15% en la primera mitad del año. En tal sentido, la consultora Economía & Regiones en su más reciente informe asegura que las inversiones fueron la variable más golpeada "por las inconsistencias de la política económica", extendiéndose su impacto hacia todas las áreas, especialmente la laboral, que se encuentra resentida por esta retracción en la actividad económica, ya que no sólo se han dejado de crear nuevos empleos, sino que están produciéndose despidos, habiéndose transformado el Estado en el más importante empleador de la Argentina.

Autor: Redacción

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