Policiales

Inseguridad, un problema difícil que atraviesa a todos: tiempo, gobiernos y a la sociedad

TRABAJO COORDINADO. Los operativos del Comando Unificado, agrupan todas las fuerzas locales y son una iniciativa muy positiva.
Crédito: FOTO ARCHIVO

Siempre que la ciudad cumple años se analiza cómo está en sus distintos ámbitos, y uno de ellos es la seguridad.

Ante todo debemos decir que el problema de la seguridad -o inseguridad- en Rafaela en las últimas dos décadas, con sus altos y sus bajos, se muestra como crónico y persistente y no puede ser condensado en un solo abordaje ni en un solo artículo. Seguramente este mismo artículo podría pecar de sesgado, aunque trataremos de ser objetivos e imparciales.

A primera vista surge la transversalidad del problema de la inseguridad en Rafaela.

La droga y el delito atraviesan todas las capas sociales, todos los barrios de la ciudad -aunque algunos son más peligrosos que otros-, y todas las edades en cuanto a víctimas y victimarios, aunque entre estos últimos cobraron gran notoriedad la participación de menores de edad, ante el evidente vacío legal que los condene como es justo en muchos casos.

Desde lo gubernamental atraviesa también las distintas administraciones y gobiernos municipales que hemos tenido. Hoy ya podemos decir de distinto color político, aunque no es justo comparar 10 meses de gestión con los repetidos períodos que sólo cambiando algunos nombres abarcan una gestión que llegó a los 32 años de un mismo signo, antes de diciembre de 2023.

Como dijimos la transversalidad es una de las características destacadas de la inseguridad en Rafaela, aunque sólo una de sus muchas aristas.

¿Se podría decir que mucho tienen que ver las postergaciones socioeconómicas, la precariedad laboral, el aumento de las adicciones, y la cada vez más marcada ausencia educativa y cultural en los jóvenes -todo esto a nivel provincial y nacional, pero local también- que influye en el aumento del delito en las calles rafaelinas? Seguramente que sí influye.

Hoy en la calle se roban teléfonos celulares, cables eléctricos y picaportes de bronce que horas después son cambiados por pocos pesos para comprar droga, aunque es justo decirlo, en muchos casos también comprar comida.

HITOS Y ABORDAJE DEL PROBLEMA

Frente a esta realidad las distintas administraciones municipales tomaron cartas en el asunto -en mayor o menor medida- pero sin dudas que hubo hitos que marcaron un antes y un después en la búsqueda de soluciones a la encrucijada de la inseguridad en la historia local reciente.

Ejemplos de lo dicho sin dudas fueron y son la creación del Juzgado y la Fiscalía Federal de Rafaela, la DUOF Rafaela de la Policía Federal Argentina, el nacimiento y desembarco de la Fiscalía Regional 5 Rafaela junto a la creación del Ministerio Público de la Acusación a partir del 10 de febrero de 2014, la creación al mismo tiempo de la Policía de Investigaciones (PDI), la llegada y fuerte presencia de la Gendarmería Nacional en las calles de Rafaela y en los barrios más problemáticos, la creación del Comando Unificado donde se diseñan acciones para combatir el delito que siempre terminan en importantes operativos entre todas las fuerzas; las creaciones de las delegaciones de la Policía de Seguridad Vial y de la guardia de Seguridad Rural "Los Pumas" en Bella Italia.

La intervención municipal en el problema fue decisiva creando la Secretaría de Prevención y Seguridad en el Poder Ejecutivo, la Guardia Urbana Rafaelina (GUR), el Centro de Monitoreo Urbano (CeMU), y el programa Ojos en Alerta entre otras medidas positivas para atacar la disyuntiva.

Sin embargo, la inseguridad atraviesa transversalmente -como lo hemos dicho- todas aquellas iniciativas, y en mayor o menor grado se sostiene en el tiempo. Los robos siguen existiendo. Los homicidios siguen existiendo, los motochorros también y en los últimos tiempos apareció lo que parece ser una aceitada industria para el robo de motos y bicicletas.

A ello se sumó en los últimos tiempos el creciente robo de cables eléctricos de cobre, placas de cementerio y picaportes de bronce, y artículos de aluminio, que allanamientos mediante, las fuerzas de seguridad muchas veces luego los encontró en chacaritas investigadas.

Un capítulo aparte merece el tema de la seguridad cuando se lo asocia con el narcotráfico. Este fenómeno barrial y ciudadano muestra grandes organizaciones desbaratadas en los últimos años, que incluso empleaban sicarios, cual es la conocida narco criminalidad desplegada por Evelio “Yiyo” Ramallo, un peligroso delincuente rafaelino condenado por distintos delitos, entre ellos narcotráfico y homicidios, quien recientemente fue trasladado en avión desde el Aeropuerto Internacional Almirante Zar de la localidad de Trelew hacia el Aeropuerto Internacional de Ezeiza, en un inusitado operativo de seguridad.

Y en lo cotidiano, de persecución penal diaria -además de los delitos predatorios- son los delitos por narcomenudeo, por microtráfico, por portación de estupefacientes, por ingreso de drogas a cárceles provinciales, por secuestro de estupefacientes en las rutas 34 y 70 que atraviesan la ciudad, y también por el hallazgo de sustancias prohibidas en allanamientos que fueron ordenados para la investigación de otros delitos, en los que terminan hallándose drogas.

No obstante todo lo dicho, debe remarcarse que la lucha es constante. También desde la Unidad Regional V con patrullajes y prevención en las calles y también con el hallazgo de elementos robados cotidianamente, sobre todo motos, bicicletas, electrodomésticos y la rápida resolución de problemas interpersonales entre vecinos y algún que otro robo en algún comercio.

COORDINACIÓN Y UN CASO EMBLEMÁTICO

Sin dudas que hoy debe destacarse la incipiente y aceitada coordinación entre el Centro de Monitoreo Urbano (CeMU), la GUR y la Central policial de emergencias 911. Este trabajo conjunto permite prácticamente a diario resolver los delitos predatorios cotidianos que se suscitan, ya mencionados en el párrafo anterior.

No obstante queda mucho por hacer. Hay casos que son un símbolo para los rafaelinos y son una demostración de que siempre se puede hacer más y mejor.

En el que probablemente sea el caso más emblemático de la inseguridad y de cómo afecta a la sociedad en Rafaela, nos referimos al caso de Gonzalo Glaría; a sus padres y familiares no los consuela el hecho que su hijo será recordado por su inédito y ejemplar acto de solidaridad desplegado en un acto de inseguridad -en un robo- ofreciendo su propia vida por ayudar a un menor de edad víctima de un delito.

Para los Glaría seguramente nada va a ser lo suficientemente reparador. Nunca.

Ello, no obstante, que la Justicia en el mes de agosto pasado marcó un giro en la causa y falló a favor de la víctima entendiendo que su homicidio fue en ocasión de un robo en ejecución. Es así que los autores del robo -Cristian David Milessi y Matías Perea- deben ahora purgar una condena de 11 y 10 años de prisión incluyendo en sus acciones la figura de "robo agravado por homicidio".

Esta nueva condena fue un baño de sentido común ante una sociedad que demandaba lo mismo y que muchas veces ve tambalear su credulidad frente a algunas decisiones de la Justicia.

Esperemos que las próximas medidas ya sean del Gobierno Municipal, del Poder Judicial o del Ministerio de Seguridad de la provincia, sigan sincronizándose en un trabajo conjunto que traiga paz, seguridad y bienestar a los rafaelinos, gente de trabajo y de progreso, gente de familia y de buenas intenciones, que lo único que desea es engrandecer el “pago chico”, trabajando y viviendo en paz con todos.

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