Por Rubén A. Armando

Semanas atrás, en Rafaela comenzó a circular -primero a nivel interno y luego trascendiendo las paredes de la Jefatura de Policía- una versión dando cuenta de la disconformidad de una importante cantidad de efectivos, sobre lo que se definió como "una falta de pertenencia a la institución", por parte de quien conduce el citado organismo, situación que alcanzó a quien lo secunda.

Al respecto, en acercamiento a este medio y solicitando la reserva de identidades, por obvias razones, se dieron a conocer aspectos relacionados a dicha disconformidad.

Apelando a una síntesis de lo escuchado, se da a conocer lo siguiente: "en un diario local se hizo referencia a la inseguridad, señalando que lo más grave es que no hay respuestas ni reacciones, y que Rafaela se ha transformado en una ciudad prácticamente invivible. Y no se faltó a la verdad. Casi a diario, en las calles recibimos quejas de los vecinos"; "el nuevo jefe a poco de asumir el 4 de octubre, le dijo al personal que con la jerarquía que tiene (la máxima), si algo sale mal se va a su casa y listo"; "con el segundo al mando, no acompañan al personal en sus intervenciones, como lo hicieron jefes anteriores, dando una muestra de invalorable apoyo"; "cada 15 días hacen uso del franco asignado, que está bien, pero se desconectan de todo".

"No muestran sentido de pertenencia a la institución, que entre otras cosas les permite recibir sueldos sumamente importantes"; "los fluidos contactos con los vecinalistas brillan por su ausencia, como así la falta de empatía con gran parte de los subordinados".

Lo precedente, es un resumen de lo escuchado, habiendo existido detalles que por su contenido no serán insertos en esta publicación.

OTRA CAMPANA

En una muestra de fidelidad al estilo periodístico que caracteriza a este espacio, se cotejó lo escuchado con otros actores policiales, y en lo que resultó un común denominador en las respuestas, se obtuvo que "hay una dependencia que trabaja y responde a los requerimientos de quienes conducen la Unidad Regional V, y seguramente quienes se quejan son los que estaban acostumbrados a hacer menos de lo mínimo indispensable, a la hora de trabajar".

CONCLUSION

Un tema candente por cierto, y dos campanas.

En el medio, la población del departamento Castellanos que espera respuestas contundentes y satisfactorias, ante una ola de hechos contra la propiedad de todo tipo, que incluyó robos importantes de dinero, joyas y otros elementos, en mayoría no esclarecidos policialmente.