La Palabra

Inquietudes, andanzas y entretenimientos de niño*

Las expresiones de la naturaleza y los libros. Nací en Villa Maipú, San Martín, pero desde pequeño me crié en un paraje muy cercano a Mar del Plata, en plena llanura de la provincia de Buenos Aires. La observación profunda del paisaje que me circundaba iluminó mi infancia, me enseñó a soñar, a ser libre… El pensamiento y la belleza se han eternizado en mi corazón gracias al contacto tan profundo con la tierra que me cobijó en la niñez. Mis padres, antes de cumplir yo nueve años, pusieron en mis manos un libro, que sumándose a mi relación con el campo, despertó una pasión inmarcesible por los universos que atesoran los libros y un impulso creador que hasta el presente jamás se detuvo… 

Qué elegí cuando superé la edad del secundario

Desde niño sabía qué carrera era la que deseaba seguir, pero a veces la vida misma, con todas sus circunstancias, te lleva hacia otro camino. Al terminar el secundario, dándole prioridad a las expectativas del futuro y a mi constante itinerancia, opté por una carrera muy lejos de mis inquietudes culturales. Cuando comencé el segundo año, abandoné lo que no era para mí. En ese momento decidí poner todos mis esfuerzos en lo que verdaderamente amo: la investigación folklórica, el estudio serio de todas las culturas ancestrales, las que viven en la invisibilidad social. De manera autodidacta, pero exigiéndome más que una casa de altos estudios, llevo más de dos décadas indagando en todas las minorías del planeta.  

Una motivación permitió que conociera la existencia del idioma quichua. Mi acercamiento a don Sixto Palavecino por casi dos décadas que marcaron mi vida para siempre

Hace veintitrés años, visitando con mi hermano la Feria del Libro Internacional de Buenos Aires, en el espacio de la provincia de Santiago del Estero, vi un ejemplar de “Martín Fierro” de José Hernández traducido al quichua. Intenté comprarlo, pero estaba en exhibición, no para la venta. En la tapa no figuraba el traductor. Una mujer muy gentil me lo prestó para que pudiera observarlo con tranquilidad. Al abrirlo, descubro que Don Sixto Palavecino era el responsable de la traducción. En ese momento vino a mi mente su figura, su poncho, su violín y su canto en la lengua de los Inkas! En mi casa siempre se escuchó de todo, el folklore y el tango tenían un lugar muy importante en las preferencias musicales de mis padres. Lo conocía, pero nunca había indagado en su obra. En ese preciso instante me prometí estudiar quichua para poder leer la traducción de Don Sixto. Cuando salimos con mi hermano recorrimos todas las disquerías buscando sus trabajos discográficos. Desde aquel día, él se convirtió en mi guía, mi referente máximo. Después de conseguir su número de teléfono lo llamé y le conté mi experiencia. Esa llamada y una carta que le envié al otro día nos unieron para toda la eternidad. Siempre solía llamarme “wáway” (en quichua “mi hijo”) y yo le respondía “tátay” (mi padre); los dos éramos uno solo, como decía permanentemente. Trabajé casi veinte años a su lado, sin separarnos jamás!

La itinerancia llevó a que frecuentara otras formas de convivencia y pude retomar las relaciones con integrantes del pueblo rom. ¿Qué podemos conocer de esa cultura ancestral?

Como comenté, de niño me crié en un paraje cercano a Mar del Plata, y también viví dos años en la misma ciudad. Tuve en la escuela citadina muchos compañeros pertenecientes al Pueblo Rom -Gitano-, quienes me adoptaron como uno más, debido a mi interés sincero. Ahí despertó mi curiosidad profunda por su idioma, sus costumbres, el esoterismo, etcétera. Desde pequeño mi destino estuvo ligado a las minorías. Con los años, estando ya de regreso en San Martín, mi pago natal, me integré a la comunidad gracias a mi gran amigo rom, Jorge -Lolya-; mi compromiso creció enormemente con esta magnífica cultura. De hecho, tengo dos libros en preparación, uno dedicado a “Los Rom y la adivinación”, y otro relacionado a “La verdadera música del Pueblo Rom”. Es un pueblo maravilloso, con valores que la sociedad mayoritaria debería incorporar. Gracias al conocimiento que me han transmitido las romniá -gitanas-, me he convertido en un tarotista y quiromántico profesional. El esoterismo de los Rom está lleno de misterios, y qué decir de su música inigualable…  

La investigación profunda de esa comunidad particular hizo posible una relación inesperada con Sandro

En el año dos mil participé de la creación de la única asociación gitana de la Argentina. Con Jorge -Lolya-, somos los creadores y conductores de “Amaró Gláso” -Nuestra Voz-, el primer programa de radio del continente, dedicado a la música y la cultura del Pueblo Rom, que se transmitió desde marzo de dos mil dos a marzo de dos mil seis, por Radio del Pueblo. Mi hermano Juan Manuel, mi “ladero” inseparable, nos acompañó siempre en la producción… En dos mil cuatro decidí enviarle a Sandro, un video de una conferencia que habíamos dado y unos volantes sobre nuestra audición. Un día martes le despaché el sobre en el correo, y al otro día, habían pasado menos de veinticuatro horas, me llamó a mi casa y estuvimos hablando exactamente dos horas y cincuenta y nueve minutos, una charla que nunca olvidaré; me contó, entre otras muchas cosas preciosas, que era oyente nuestro desde el primer momento. ¡Cuánta alegría siento, cada vez que recuerdo esa conversación! Me invitó a conocerlo personalmente. En una de las presentaciones de su último espectáculo “La Profecía”, en el teatro “Gran Rex”, me nombró y me hizo parar mientras contaba quién era yo y la importancia que tenía mi trabajo con las minorías… Te darás una idea de lo que viví ese día: todo el teatro en silencio; él desde el escenario y yo parado junto a mi butaca mantuvimos una pequeña conversación, una experiencia inexplicable. Luego, al finalizar su actuación, me invitó a su camarín para conocerlo y hablar personalmente. ¡No existen palabras en ningún idioma para expresar mi emoción! Le envié unas cuantas cartas desde ese día, y además tuve la inmensa suerte de colaborar con él con unas traducciones al Romanés que es el idioma gitano. Una amistad muy breve, pero muy intensa.

Qué queda pendiente con pretensiones de realización a corto y mediano plazos

La publicación de algunos libros. Los dos sobre el Pueblo Rom que mencioné anteriormente; uno que reúna parte de mis investigaciones relacionadas al erotismo y el folklore; un libro sobre Don Sixto Palavecino y los años que estuve a su lado, y la edición de su autobiografía, él me dejó la versión en quichua -escrita en versos- para que yo haga la traducción al castellano. Para concretar todos estos sueños necesito una contención económica que no tengo…

*El texto pertenece a la entrevista realizada por Raúl Vigini a Gabriel Conti

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