La Palabra

Inicio de la vida religiosa

El origen de la vida religiosa se remonta a la época de Jesús. Ya entonces hubo hombres y mujeres que consagraron su vida al seguimiento de Jesús y a ayudarlo en su misión. (Ev. Lucas 8,1-3 y Marcos 3,14). La vida religiosa no se entiende sino se tiene fe en los valores del Reino de Dios proclamado por Jesús y no se conoce y ama a la Iglesia que es la continuadora de la obra de Cristo. San Pablo en sus cartas llama a la Iglesia: Esposa de Cristo (Efesios 5, 25-32) y Cuerpo de Cristo (Romanos 12,4 y ss.), cada miembro tiene su propia función y contribuye al bien de todos. La vida religiosa anuncia de una manera especial los viernes definitivos, lo que vamos a vivir en el Cielo. Es como una anticipación del Reino. Pero no es un sacramento, es vivir el Bautismo en toda su radicalidad, dedicando toda la vida a la obra de Cristo en la Iglesia. Así surgen las distintas Ordenes y Congregaciones religiosas, tratando de vivir una faceta de Jesús (espiritualidad propia); una respuesta concreta a las necesidades de la Iglesia en el mundo. Anuncia los valores del Reino mediante los tres votos de: Pobreza, Castidad y Obediencia (que en su espíritu todo cristiano debe vivir). 

Inicio de la Compañía del Divino Maestro (CDM) 

La Compañía del Divino Maestro surge como respuesta a la necesidad de ahondar el conocimiento teológico en la mujer. El Cardenal Santiago Luis Copello, arzobispo de Buenos Aires funda en el año 1933 el Instituto de Cultura Religiosa Superior especialmente para formación de las socias de la Acción Católica y pide en 1934 a la Señorita Natalia Montes de Oca se haga cargo de su dirección. De este modo la teología se hace por primera vez asequible a la mujer. Con el tiempo el Señor Cardenal ve la necesidad de extender esa obra a otros lugares y pide a Natalia funde una Congregación Religiosa dedicada a trasmitir el conocimiento sapiencial de Nuestro Señor Jesucristo; especialmente a la mujer. El 28 de Enero de 1943, en la ciudad de Buenos Aires se funda la CDM, congregación que surge como respuesta concreta para consolidar el impulso de estudios teológicos brindados por primera vez a la mujer, cuyo primer paso se había constituido la fundación del ICRS. El Papa Pío XII, ese mismo año da su reconocimiento a dicha fundación. Se trata de una consagración a Jesucristo Verdad Total. El nombre de “Compañía del Divino Maestro” expresa el anhelo de asemejarse a las mujeres que acompañaron a Jesús y lo siguieron en su misión (Lucas 8, 1-3). Los miembros de la CDM reconocen como un don del Espíritu la unidad de tres aspectos: -El conocimiento intelectual y afectivo de Jesús, del hombre y del mundo. Conocimiento no solo especulativo o teórico sino desde la experiencia de Dios en Cristo. -La fraternidad desde la Comunidad y los hombres y mujeres de hoy. -La misión en el servicio de la formación y la promoción humana. 

Fundación de la Compañía del Divino Maestro en la Diócesis de Rafaela 

Las primeras religiosas que llegaron a la diócesis de Rafaela en 1980, fue por pedido de Monseñor Jorge Casaretto, y se les encomendó la tarea pastoral en la parroquia Nuestra Señora de Fátima. Con el correr del tiempo las hermanas se fueron ocupando de otras tareas, especialmente de la formación del laicado con cursos de teología y Biblia en distintas modalidades. También esta comunidad se ocupó en la formación de catequistas en forma presencial o a distancia. Por pedido de Monseñor Idelso Re las hermanas se hacen cargo de un servicio de librería en la Catedral, más tarde a instancias de Monseñor Héctor Romero en 1999 se inaugura este servicio en el local de la calle Belgrano 36, donde permanece hasta el día de hoy, con proyección diocesana. Hoy la comunidad se ocupa de otras actividades: +Visita y acompaña a personas enfermas o solas y adultos mayores, llevándoles la Santa Comunión y compañía espiritual; +Dicta clases de teología en la Universidad Católica de Santa Fe; +Semanalmente se visita un barrio periférico de la ciudad, como misión evangelizadora; +Mensualmente reciben en la casa un grupo de laicos para participar de la lectura orante de la Palabra, lo cual estimula y profundiza la vida y la fe; +Con espíritu de Iglesia acompaña, anima, valora la comunión de la vida consagrada en la diócesis. Para concluir valoramos la tarea que hace más de una década, Hermanas de la CDM de Buenos Aires, con una sólida formación teológica, vienen a dar cursos breves de “formación permanente” sobre distintos temas, por pedido de los mismos participantes, los cuales siempre se renuevan y expresan su agradecimiento por la oportunidad de adquirir y ampliar su conocimiento sapiencial del mensaje evangélico.  

Cómo es un día de las hermanas en Rafaela

Nos levantamos bastante temprano, Mariel va a la primera misa, después va a la librería de la Catedral a su tarea. Hortensia y yo participamos de la Eucaristía de las veinte.   También rezamos las Laudes juntas, después cada una en su actividad, a veces damos una mano en la librería. Al mediodía  almorzamos juntas, y  nos comunicamos cómo nos ha ido en la mañana qué haremos el resto del día. A la tarde cada una tiene su actividad, Mariel tiene sobre todo su tarea en la universidad, nosotras más especialmente en este momento nos dedicamos a las personas enfermas o desvalidas, llevamos la comunión. Ya no tengo grupos de estudio como una vez, de todas maneras sigo teniendo mucho contacto con la gente y con ellos visitamos a personas que están en geriátricos, y tejo para los chicos del hospital.

Cuál es el carisma del Divino Maestro

Nuestra fundadora dice: “La Compañía del Divino Maestro es una congregación religiosa cuyo nombre expresa el anhelo del grupo inicial y de quienes somos llamadas a ella, de asemejarnos a aquellas mujeres que acompañaron al Maestro, lo siguieron en su predicación y volcaron su vida en expansión de la Iglesia naciente. Las Hermanas de la Compañía del Divino Maestro nos comprometemos a vivir nuestra consagración a Jesucristo verdad total y dedicarnos primordialmente a su conocimiento y a su amor. En comunión fraterna y en un mismo sentir con la Iglesia hemos de estar al servicio de nuestros hermanos en la comunicación del mensaje evangélico”.

Hoy, además de la librería, de llevar la comunión a los enfermos, hay una actividad fundamental que es la lectura del orante, que es propio nuestro. Como las mujeres que escuchaban al Maestro, que transmitían su Palabra, en ese espíritu del comienzo de las comunidades es el origen teológico nuestro. Por eso nos dedicamos mucho al estudio, por eso damos clase, es un modo de transmitir. Estar al lado de Jesús qué significa, qué aprendemos, qué escuchamos, no es un conocimiento solo intelectual, es un conocimiento sapiencial, es decir de la experiencia de Cristo. Nos sirve para que nuestro compromiso creyente en la sociedad y en la parroquia tenga como una raíz, una hondura, si no, se puede ir a cualquier parte a caretear incluso a la parroquia. Dice muy bien el Papa Francisco, lo que está en crisis ahora no es ni lo económico, ni lo político, ni lo social, lo que está en crisis en esta época es el hombre. Por eso el único que nos puede ayudar a enderezarlo es Cristo.

Presencias significativas cercanas

El padre Carlos Mugica trabajaba en una villa de emergencia -hoy Villa 31 de Retiro- pero simultáneamente daba clases en la Universidad del Salvador, entonces los muchachos y las chicas querían verlo también afuera de la universidad y él no quería que fueran a la villa. Por eso inventó celebrar misa a la tarde en nuestra casa madre de calle Rodríguez Peña en Buenos Aires y venían los universitarios y podían conversar con él. Recuerdo que se hizo tan famoso que hasta de Alemania vinieron a grabarlo en casa por su carisma. El sabía que lo iban a matar, porque además trabajaba en el Ministerio de Bienestar Social. Asistentes sociales que también trabajaban allí y me conocían me dijeron que esa semana que lo mataron había tenido una gran discusión con el ministro. Entones se fue a hacer retiro a los trapenses y al volver a los dos días lo mataron. El fue a prepararse para su muerte. Cuando iba en la ambulancia herido le dijo al sacerdote que lo acompañaba que era el párroco de la parroquia donde lo mataron: “Ahora tenemos que estar más cerca que nunca del pueblo”. O sea que fue un santo, no comprendido por muchos, incluso por sus padres, pero fue un hombre entero, de ley. El sentía que nosotros lo acogíamos y que le dábamos el espacio para encontrarse con otras personas. Recuerdo que fuimos al velorio en el barrio 31 y estaba la familia y la mamá nos dijo: “Sabía que mi hijo iba a acabar así” porque sabía que su hijo era de Dios y de los hombres, totalmente entregado.

El entonces padre Alejandro Mayol visitaba la casa madre con su guitarra y celebraba la palabra con su misión de sacerdote inquieto, manifestándose con la canción y sus versiones dinámicas de tantos temas propios que trascendieron las fronteras del país. “La creación”, su tema más conocido escuchamos cantarlo en Chile y muchos de su repertorio se siguen incluyendo en los cancioneros de las misas actualmente como la Zamba del grano de trigo, entre otros.

Hermana Elsa

Homilía del Papa

“En esta noche brilla una ‘luz grande’ sobre nosotros resplandece la luz del nacimiento de Jesús. Hoy ha nacido el Hijo de Dios: todo cambia. El Salvador del mundo viene a compartir nuestra naturaleza humana, no estamos ya solos ni abandonados. La Virgen nos ofrece a su Hijo como principio de vida nueva. La luz verdadera viene a iluminar nuestra existencia, recluida con frecuencia bajo la sombra del pecado. Hoy descubrimos nuevamente quiénes somos. En esta noche se nos muestra claro el camino a seguir para alcanzar la meta. Ahora tiene que cesar el miedo y el temor, porque la luz nos señala el camino hacia Belén. No podemos quedarnos inermes. No es justo que estemos parados. Tenemos que ir y ver a nuestro Salvador recostado en el pesebre. Cuando oigamos hablar del nacimiento de Cristo, guardemos silencio y dejemos que ese Niño nos hable; grabemos en nuestro corazón sus palabras sin apartar la mirada de su rostro. Si lo tomamos en brazos y dejamos que nos abrace, nos dará la paz del corazón que no conoce ocaso. Este Niño nos enseña lo que verdaderamente es importante en nuestra vida. Nace en la pobreza del mundo, porque no hay un puesto en la posada para El y su familia. Encuentra cobijo y amparo en un establo y viene recostado en un pesebre de animales. Y, sin embargo, de esta nada brota la luz de la gloria de Dios. Desde aquí comienza para los hombres de corazón sencillo el camino de la verdadera liberación y del rescate perpetuo. En una sociedad frecuentemente ebria de consumo y de placeres, de abundancia y de lujo, de apariencia y de narcisismo, El nos llama a tener un comportamiento sobrio, es decir, sencillo, equilibrado, lineal, capaz de entender y vivir lo que es importante. En un mundo, a menudo duro con el pecador e indulgente con el pecado, es necesario cultivar un fuerte sentido de la justicia, de la búsqueda y el poner en práctica la voluntad de Dios. Que, al igual que el de los pastores de Belén, nuestros ojos se llenen de asombro y maravilla al contemplar en el Niño Jesús al Hijo de Dios. Y que, ante El, brote de nuestros corazones la invocación: Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación (salmo 85,8).   

                        Francisco - 24 de Diciembre de 2015 

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