Editorial

Infraestructura eléctrica

La llegada de los primeros días de calor de la temporada desnudan nuevamente las falencias que presenta el sistema energético argentino y abren serios interrogantes sobre la manera en que se responderá a la creciente demanda del consumo que se registra en todo el país.

Esta semana, horas antes de las protestas por el 8N, un apagón dejó sin luz a miles de porteños y mientras se hace cada vez más evidente la falta de inversión que hubo en los últimos años, se sigue insistiendo en que las obras ejecutadas han sido suficientes. 

El ministro de Planificación e Infraestructura de la Nación, Julio De Vido, aseguró que el sistema energético argentino "no tendrá problemas" el próximo verano. "Hoy tenemos 1.500 megavatios más", señaló De Vido en referencia a la cantidad de energía que puede brindar el sistema y así negó que haya inconvenientes con la oferta de energía. En este sentido, y con respecto al apagón, el ministro fue contundente: "no podemos echarle la culpa a la ola de calor".

A diferencia de De Vido, otros especialistas no dudaron a la hora de buscar las razones del polémico corte. El ex secretario de Energía de la Nación, Alieto Guadagni, descartó que el apagón energético haya sido producto de un sabotaje  y atribuyó los cortes a la falta de mantenimiento del sistema.

"Oscar Lescano (titular de Luz y Fuerza) dijo claramente que no hubo sabotaje. El conoce muy bien el sistema eléctrico de Buenos Aires. Y dijo que 'si hubiera sido un sabotaje, los muchachos se lo hubieran dicho'", puntualizó Guadagni. El especialista sostuvo que el problema en realidad es la falta de mantenimiento del sistema.

Por su parte, el ex secretario de Energía y Minería de la Nación, Emilio Apud, exteriorizó su “preocupación” por la “insostenible situación de las distribuidoras de energía eléctrica”, cuyos balances están en rojo y dependen de los subsidios que el Estado Nacional pueda brindar. “Acá la política energética y de infraestructura, entre dos presidentes del mismo partido del peronismo cambió 180 grados, son políticas completamente distintas, y esto genera la desconfianza y la desconfianza genera la falta de inversión. La solución al problema argentino es recuperar la confianza para recuperar inversión”, analizó el especialista.

Lo concreto es que, tomando el caso de Buenos Aires, entre 2007 y 2010 los cortes aumentaron un 90 % y la duración de las interrupciones aumentó un 175 %, según el Ente Nacional Regulador de la Electricidad (Enre). Las tres empresas porteñas (Edenor, Edesur y Edelap) deben invertir 200 millones de dólares por año. Pero en los últimos 10 años aún les falta invertir unos 800 millones de dólares.

En Santa Fe, la situación no es demasiado diferente. Esta semana, y con el objetivo de afrontar la que, descuentan, será una cada vez más alta demanda energética durante el verano (que encima se pronostica tormentoso), la EPE adelantó que si es necesario por la recarga del sistema realizará cortes "preventivos", en modalidad tanto "programada" como "repentina".

La advertencia de que se programarán cortes implica la admisión por primera vez de parte de la empresa, de no estar en condiciones de prestar un servicio de calidad, algo que antes de cada verano fue históricamente negado por la EPE. 

Lo cierto es que, a pesar de que se han hecho obras, en la vida cotidiana los usuarios no ven mejoras. Así como tampoco se avanzó en la creación de un ente regulador ni en materia de reconocimiento de los derechos del consumidor.

Frente a esto, y con diferentes matices, distintas organizaciones de usuarios y consumidores expresaron preocupación ante el panorama que trazó la Empresa Provincial de la Energía para los próximos meses.

Si bien rescataron que "al menos por primera vez antes del verano se dé un sinceramiento sobre las condiciones del servicio", también hubo críticas por ese mismo motivo: "La clara imposibilidad de brindar una prestación con calidad, eficiencia y continuidad". Y aunque se registraron disidencias al evaluar si existe o no la "decisión política de mejorarla", en general todas las ONGs consultadas coincidieron en que en el servicio cotidiano que recibe el vecino no se ven aún grandes avances. Por eso pronosticaron un verano "muy complicado".

En Rafaela, los antecedentes más cercanos indican que no se han tenido que padecer numerosas y prolongadas interrupciones del servicio, como hubo en otras partes de la Provincia. En esto, se advierte que el aporte proveniente de la Usina Móvil enviada por la Nación hace ya varios años, resulta clave. Pero nada asegura que en este verano los rafaelinos no sufrirán sobresaltos. 

Autor: Redacción

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