Una vez ya nos referimos al efecto que causa en el consumidor la influencia de un referente a la hora de la compra de un producto o un servicio. En aquel momento nos basamos, principalmente, en lo relacionado a la imagen de marca, la gráfica, la comunicación en general, contamos cómo un deportista podía ser el generador de opinión en base a una marca. Martín Palermo dejó el fútbol pero sigue haciendo goles en marketing asociando su nombre a distintas empresas, entre ellas una de Sunchales, Julián Weich se vinculó a una red social de industrias con sede en Rafaela, y una compañía de telefonía móvil apostó claramente por figuras de primer nivel. 

Si bien hoy el tema a desarrollar en esta contratapa anda por carriles muy similares, está enfocado principalmente a los “influyentes” de internet. Son personas que por una razón u otra poseen una enorme cantidad de seguidores y generan el mismo efecto que deportistas o cantantes, pero en este caso en el intocable universo de las redes sociales. La diferencia es que estos influyentes son quienes recomiendan el producto por uso o experiencia previa (muchas veces paga) como para que otros lo consuman.

El twitter como red social instantánea es una de las más, con su máximo de 140 caracteres, importantes generadoras de personas calificadas como “influyentes”. Estos pueden ser famosos en otros medios o no, simplemente ser notables usuarios de las redes sociales y contener numerosas cantidades de seguidores.

Uno se pregunta constantemente por qué en los diarios, las revistas y otros medios, todo el tiempo aparecen noticias como que Luisana Lopilatto la semana pasada haya llegado a los 2 millones de seguidores. Este dato no es mera información periodística sino que se constituye, principalmente, en un contundente activo comercial (tengamos en cuenta que un famoso o no tanto son un producto que se vende para mantener o ampliar su fama, su imagen y, básicamente, tener trabajo). En este caso tampoco es casual, cuanto más seguidores, más posibilidades existe de ser contratado por grandes marcas.

Hasta el actual técnico de fútbol de Boca, a pesar de su imagen de recio, tiene una más que importante cantidad de seguidores. Y si el tipo hoy le duele la cabeza y dice que tiene ganas de tomarse tal analgésico y lo twitea, es porque seguro su representante comercial vendió esa frase al laboratorio que elabora esa pastillita, asegurando que llegará a todos sus seguidores.

Para tener seguidores influyentes las empresas, en primer lugar, deben contar con una imagen intachable tanto online como offline. Por supuesto que la trayectoria y calidad de los productos también forma parte de este proceso. La planeación estratégica y las herramientas comunicacionales son otro punto a distinguir, ya que deben estar muy atentos al perfil de sus seguidores porque, convengamos, pueden ser potenciales clientes. Entre ellos seguramente existan algunos más influyentes que otros, las organizaciones deberán identificarlos e ir acercándose a ellos como para generar ese vínculo en cuestión.

Lo demás es simplemente invitarlos a formar parte de la comunidad de la marca para generar mayor tráfico y lograr una participación más activa en las redes que luego se pueda reflejar en las ventas.

Según lo que nos dicen los números, el 90% de los consumidores confía en las recomendaciones de la gente que conoce, generalmente realiza la compra una vez que ya le han comentado las características positivas de dicho producto (aquí juega el simple pero efectivo boca a boca). Este mismo mecanismo se trasladó a las redes sociales. Por lo tanto es hora que las empresas comprendan la importancia de contar con seguidores influyentes.

Como ya nos hemos dado cuenta, está en lo cotidiano del ser humano compartir sus experiencias y lo que tiene que ver con los productos y las compras no queda fuera de esta situación. El haber tenido una buena experiencia con un producto, según la agencia de Social Media Zuberance, es uno de los principales motivos para comenzar a compartirla. Un tercio comparte sus experiencias positivas para que otros puedan tomar una decisión de forma más simple, mientras que el 1% de ellos lo hace de forma paga, o por algo a cambio de parte de la marca en cuestión.

Algunos datos en Argentina nos demuestran que no estamos ajenos a este fenómeno. Las estrellas más seguidas en twitter son Kun Agüero, Gustavo Seratti y como nombramos al principio Luisana Lopilato. Sin embargo las personalidades que más movilizan a sus seguidores son Fierita Catalano, Mauricio Macri, Luis D´Elia, Jorge Rial, Cristina Fernández de Kirchner, y el humorista Nik (mentor del inefable Gaturro), entre otros.

A escala global, la revista Forbes publicó en agosto un listado de los artistas que más influencia ejercen en las redes sociales. Rihanna ocupa el primer puesto del ránking con 23,8 millones de seguidores en Twitter y 59,6 millones de fans en Facebook. Lady Gaga, Eminem, Justin Bieber, Katy Perry, (Shakira 17,6 millones de fans en Twitter y 52,5 en Facebook) siguen en la nómina.

Así, una agencia que se especializa en comercializar la imagen de este heterogéneo catálogo de personas ahora no sólo debe ofrecer los servicios de su cliente para asociarlo a una marca que planea una campaña en gráfica, radio, vía pública y TV (lo tradicional) sino también tener actualizada la cantidad de seguidores para motorizar una acción en las redes sociales.

Famosos de la farándula, mediáticos, políticos, economistas (como Martín Loustau o ahora Martín Redrado, por salir con Lu Zalazar), personalidades de moda del momento, deportistas y hasta personajes desconocidos en el mundo offline pero muy seguidos en el online, son capaces de generar un impacto con sus consejos y recomendaciones en las redes sociales.