Editorial

Inflación y realidad


Días atrás, este Diario como lo viene haciendo desde hace tres años en forma exclusiva, difundió los datos correspondientes a la inflación de Rafaela, es decir, la que afecta directamente los bolsillos y presupuestos de quienes habitan en esta ciudad, con total independencia de lo que ocurre entre los índices INDEC y Congreso, siempre abultadamente distanciados, ya que ellos representan la totalidad del país, siendo el del organismo oficial una manipulación que poco tiene que ver con la realidad habiendo arrojado el mes de junio 0,7%, en tanto el referido al Congreso es el promedio de las consultoras privadas, que ahora viene siendo difundido por legisladores de la oposición en resguardo de las sanciones que se aplican a las consultoras, y que de esta manera evitan, habiendo registrado en igual lapso 1,5%.

Volviendo a la inflación local, es la consultora Develar la que difunde los datos a través de nuestras páginas, y aún cuando tiene diferencias de metodologías, pues está referida con exclusividad a un total de 318 artículos en su mayoría de los diversos rubros alimenticios, bebidas y de limpieza e higiene, sirve para ir manteniendo un paralelo, o bien, más precisamente para conocer nosotros la evolución que van registrando aquí los precios, que son levantados siempre en los mismos lugares de venta y sobre las mismas marcas de artículos.

El costo de vida del sexto mes de junio fue en nuestra ciudad de 1,6%, que puede entonces compararse con el 0,7% oficial y el 1,5% -muy similar- de los legisladores, con lo cual en Rafaela la inflación acumulada de la primera mitad del año se elevó a 11,7%, mientras que de acuerdo con el INDEC esta misma medición arroja 4,7%, siempre por mitades o aún menos, de lo que marca la realidad. De este modo, y de acuerdo a las proyecciones que hace Develar, de mantenerse las actuaciones condiciones, la proyección inflacionaria para todo 2011 estaría en el orden del 25% en Rafaela, apreciándose un alto nivel de coincidencia con lo que sucede a nivel nacional y las apreciaciones que formulan las consultoras, amparadas en el Congreso. Aunque si tomamos índices oficiales de las provincias, la perspectiva es también bastante coincidente, pues en casi todos los casos las mediciones son prácticamente el doble que la oficial del INDEC.

¿Qué fue lo que impulsó la inflación local el último mes a nivel local? Pues los productos panificados, liderando el pan con 5% y con diferentes porcentajes en pastas secas y frescas en la mayoría de sus líneas; mientras que el pollo subió casi 14% y la carne picada 9,5%, con incrementos de 7,2% en cervezas y 3,3% en vinos: Los productos de limpieza por su parte registraron una retracción de 0,3%, con lo cual la totalidad promedio de los 318 artículos arrojó el ya mencionado 1,6% para el mes, con el 11,7% para el primer semestre. Si se toma la inflación interanual, es decir, entre el mes de julio de 2010 y junio de 2011, fue aquí en la ciudad en toda esta línea de artículos y productos medidos, de 27,2 por ciento.

Respecto al dibujo que hace el INDEC, tal como viene ocurriendo desde comienzos de 2007 cuando Guillermo Moreno concretó una tácita intervención del organismo, es poco lo que puede agregarse en cuanto a su funcionamiento, alejado de la realidad que viven las familias argentinas en su presupuesto. La prueba fehaciente la tenemos con este sostenido relevamiento que hace la consultora local Develar, alejada de cualquier presión e intencionalidad política, midiendo todos los meses los mismos 318 artículos y en las mismas bocas de venta. No existe manipulación alguna, arrojando los resultados que venimos comentando, que dieron en forma interanual una inflación de 27,2%, en tanto que el INDEC para ese mismo lapso tiene registrado un nivel inflacionario de 9,6%, quedando allí en evidencia la enorme diferencia.

¿Cuál es el objetivo de esta manipulación oficial? Pues de esta forma se mantiene aplanados y decrecientes los niveles de pobreza e indigencia, ya que los mismos surgen de los valores de las canastas, la básica alimentaria y la básica total, las que tuvieron 11% en aumento en los últimos doce meses. Consecuencia de ello, la alimentaria básica que sirve para medir la indigencia está en 596 pesos, en tanto la básica total es de 1.314 pesos y mide la pobreza, razón por la cual un matrimonio -con dos hijos en edad escolar- que dispone de ese ingreso no es considerado pobre. Es por eso que mientras el gobierno admite una pobreza de 12 puntos, para todo el resto es al menos tres veces más.

Así andamos entonces, entre dos países distintos, uno el real y el otro dibujado para exhibir.

Autor: Redacción

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