Tal cual se dice en el título, pues hasta ahora y a pesar de todos los intentos -y más que eso las promesas y anuncios realizados por el gobierno nacional- la inflación continúa muy viva, y peor que eso, expandiéndose. El registro oficial del INDEC del mes de abril fue de 2,6%, más elevada aún que todos los indicadores de consultoras privadas y del propio índice Congreso, lo cual constituye sin dudas un aliciente en ese sentido pues queda claro que hemos dejado atrás la etapa del engaño y la mentira, es decir, cuando se manipulaban las estadísticas del organismo oficial para tratar de disimular, sin éxito por supuesto, las cifras que agobiaban a la actividad económica y productiva, y todavía más, la situación socioeconómica.
Completa el primer cuatrimestre hemos llegado a 9,1% acumulado de inflación, con una perspectiva anual del 27,5%, marcados definitivamente alejados de la inflación máxima del 17% que había establecido como meta el gobierno y asentado en el presupuesto nacional. Con lo cual, queda muy claro, se van desbandando casi todas las perspectivas y metas fijadas para la actividad económica, alejándose además la siempre esperanzada posibilidad de reactivar la producción. La cual, tal vez logre mejorar en base a la obra pública, pero sin que eso llegue demasiado al bolsillo de la gente, ya que hubo un dato realmente estremecedor en la inflación oficial de abril, el que da cuenta que el mayor aumento se produjo en los alimentos y bebidas. Y como para coronar las malas noticias, en ese mismo cuarto mes del año volvieron a caer las ventas de los súper y almacenes, nada menos que con 4,9%. Queda claro, el consumo permanece en el tobogán, lo cual resulta lo más concreto para medir cómo está la situación de la gente en sus hogares, cada vez con recursos que le alcanzan menos.
Existe un mix de factores que impactan para que la inflación se mantenga en estas condiciones, no sólo sin poder ser doblegada, peor aún en sostenido crecimiento, como es el aumento del gasto publico, que sigue siendo un verdadero barril sin fondo. Es incontrastable que que absoluto deterioro en que fue dejado el país por el gobierno de Cristina Kirchner -lo cual tiene contundente prueba con la situación de la provincia de Santa Cruz, controlada por el kirchnerismo desde hace más de dos décadas-, no dejaba la posibilidad de una drástica reducción del gasto pues se hubiese caído en un pozo mucho más profundo, pero también es cierto que no se cumplieron algunas metas que se habían fijado en la campaña electoral, como por ejemplo el mayor ordenamiento que se necesitaba en casi todas las áreas, como así también el redireccionamiento del gasto, la mayoría de las veces ineficiente, con resultados que no fueron modificados del todo.
Como para complicar todavía más todo este escenario inflacionario, algunos índices productivos se muestran en retroceso, como el caso del petróleo, que en marzo retrocedió 6,9%, acumulando en el primer trimestre 7,2% de caída de la producción de YPF, una de las empresas emblemáticas del Estado, que tiene bajo su responsabilidad manejar una de las áreas más sensibles como es la de la energía, que tan grandes problemas le ha significado al país en la "década ganada" y siguen ahora, cuando la Argentina perdió el autoabastecimiento energético y debió iniciar un proceso de importación que se llevó la mayor parte de los recursos.
En gas, uno de los más grandes déficit que tiene el país, en el año se ha logrado una suba de producción de 0,1%, insignificante, ya que de acuerdo a las exigencias de abastecimiento, el crecimiento debería ser muchísimo mayor, pues de esta forma seguiremos en la dependencia por mucho tiempo, diluyéndose las divisas que deberían tener otro destino.
La de la inflación sigue siendo "la madre de todas las batallas" y por ahora se han ganado algunas pequeñas batallas, pero el final continúa siendo incierto, más aún tras este gran avance del mes de abril con un 2,6%. Es cierto que hay países que están por encima, aunque no son tantos, pero veamos cómo se encuentran sus economías, al borde mismo de la destrucción. Y con estos índices, no sólo cada vez estará en condiciones más deficientes la gente, sino que no vendrán inversiones y la producción continuará en retroceso. Debe avanzarse con más decisión en la toma de medidas para tener éxito en la batalla inflacionaria, eso está a la vista.