Editorial

Inflación en la cresta



Conocido el segundo índice inflacionario con la nueva metodología del sinceramiento por parte del gobierno, en este caso correspondiente al mes de febrero y que ascendió a 3,4% para dicho mes, tenemos que con el anterior de enero llegamos al acumulado 7,2% sólo en el primer bimestre de 2014, lo cual no constituye una perspectiva de perfil favorable, pues todo lleva a suponer que nuevamente tendremos una inflación altísima. Salvo, claro está, que de aquí en adelante se modifiquen sustancialmente las condiciones y se produzca una brusca caída inflacionaria, lo cual no es muy probable que suceda, ya que este mes de marzo anda por el mismo rumbo de sus antecesores, y además, no se advierte en el gobierno una verdadera predisposición para enfrentar el flagelo.

Es que, hasta ahora se redujo la emisión monetaria, se mantiene el programa de precios cuidados y se tomó como medida de ajuste el haber de los jubilados -11% a cobrar recién a fines de este mes y que deberán estirarse hasta octubre-, tratándose de hacer lo mismo con los salarios, lo cual resulta muy escaso para tener aspiraciones de victoria, olvidándose de un aspecto central: la reducción del gasto público, que por el contrario sigue creciendo.

Así las cosas, con el 3,4% de febrero aun cuando se admite la nueva senda oficial, persisten las dudas respecto a la veracidad del índice, que por otra parte ya no es más asumido en su difusión por parte de los representantes del INDEC, sino por el propios ministro de Economía Axel Kicillof en persona. Aunque claro, ello en realidad no significa demasiado, como podría ser en otras circunstancias, ya que el titular del Palacio de Hacienda arrastra algunas inexactitudes realmente importantes en los últimos meses, las que fueron minando su credibilidad. De todos modos, mantengamos el crédito abierto, en la espera de que de una vez por todas se actúe con la sinceridad indispensable que imponen las circunstancias.Claro, que dentro de un clima de incertidumbre y carente de confianza, se requiere de actitudes enérgicas y por sobre todas las cosas reales, para poder aspirar a recuperar la credibilidad perdida. Es verdad que las consultoras privadas han quedado divididas respecto a este 3,4% de febrero, ya que una parte de ellas lo admite como posible, en tanto que otras lo rechazan de plano, generándose una discusión sin final cierto, pero en cambio lo que sí hubiese significado un acto de sinceridad y confianza importante, hubiese sido haber quitado del medio a Norberto Itzcovich y Ana María Edwin, los titulares del INDEC que durante todos estos años nos mintieron a todos con los índices manipulados del costo de vida. Sin embargo fueron sentados flanqueando al ministro Kicillof al hacer el anuncio, casi como premiándolos.

Dos meses son aún un trecho muy pequeño en comparación con mentiras que se extendieron durante media docena de años en forma ininterrumpida, desde diciembre de 2007 a diciembre de 2013. Sin dudas habrá que aguardar todavía un tramo, descartándose la posibilidad del regreso a lo declarado anteriormente, pero sí pudiendo darse condiciones parecidas a febrero, tomándose siempre lo más bajo.

A pesar de estos nuevos índices más ajustados a la realidad del primer bimestre del año, persisten ciertos signos de desconfianza, sea por la continuidad al frente del organismo de Edwin e Itzcovich -los dos representantes de Moreno que durante tantos años manipularon las estadísticas-, como por la tendencia a la disminución que se advierte en estas nuevas cifras, que aunque voluminosas, se encuentran distanciadas de las efectuadas por la mayoría de las consultoras privadas.

Teniendo en consideración que el acumulado sólo de los dos primeros meses del año arrojaron 7,2%, se está observando con lupa lo que se producirá en marzo en cuanto a inflación, ya que de darse una cifra de similares características -como lo marca el andar de la economía-, el impacto será demasiado fuerte como para aguardar que se produzca una corrección más o menos inmediata, razón que en cierta forma y más que nada recurriendo a los antecedentes, deja abierta la sospecha sobre posibles manipulaciones. Que en verdad, ojalá no se produzcan, ya que todo retornaría al mismo punto de partida.

Algo que da la real magnitud de esos 3,4% de febrero, es que constituye una cifra superior a la inflación de todo el año de nuestro vecino Chile, con una economía consolidada.

Autor: REDACCION

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