Editorial

Inflación en danza

Si bien existe mucho nivel de coincidencia en que la inflación se encuentra en retroceso en estos últimos meses, todavía continúa proporcionando diferentes índices, de acuerdo a quien la mide. El INDEC se mantiene siempre en la delantera, habiendo registrado en el mes de agosto último un resultado que parece calcado en todas sus mediciones: 0,7 %, que le permite sostener su proyección anual del 10%, mientras que en cambio el denominado "índice Congreso" -difundido desde allí con el promedio de las consultoras privadas para evitar la persecución y sanciones de Guillermo Moreno desde Comercio Interior- tuvo un registro de 1,87%, completándose este cuadro con una referencia exclusivamente local, de la consultora Develar, que para el citado período tuvo aquí en Rafaela una evolución de precios del 1,1%.

Donde se advierte una rigidez total es en el INDEC, que parece haberse trazado ese camino a lo largo del año, alejándolo de cualquier oscilación, careciendo por lo tanto de confiabilidad, pero en cambio en los otros provenientes del sector privado se apreciar oscilaciones positivas. El promedio de las privadas no lo es tanto, pues casi triplica el oficial, aunque también viene en descenso, no observándose más algunos picos muy intranquilizantes, lo cual hace menguar también la proyección anual. Y finalmente, lo que más interesa a los rafaelinos, pues sin bien no se trata de una inflación total que incluya educación, vivienda, transporte y otros rubros que hacen al sostenimiento de un hogar, incluye alimentos y bebidas, tal vez lo más sensible en cuanto a la afectación del presupuesto hogareño. Y en eso, habiendo apenas superado un punto el aumento, ingresa dentro de una perspectiva bastante optimista, en cuanto a los precios que hacen a las góndolas locales.

De acuerdo con esta reciente medición de Develar, además del análisis y resultado mensual, tenemos que su proyección anual alcanza a 21 %, mientras que la proyección anterior en este mismo era de 24,7 %, advirtiéndose entonces allí una interesante disminución. Por supuesto que en cualquiera de los casos, las diferencias siguen existiendo, y pronunciadas cuando especialmente se traslada la proyección anual, que en el INDEC se mantiene inalterable con el 10%, pero en cambio en los números parciales va existiendo alguna clase de aproximación.

Con relación a la inflación en Rafaela, que es en realidad la que más cercana se encuentra a nuestros bolsillos, digamos que de acuerdo con la consultora Develar, la mayor influencia para empujar al 1,1% de agosto la tuvieron los aumentos registrados en aceites e infusiones, como así también otros como carnes y fiambres que se mantenían estables pero que ahora experimentaron algunos movimientos alcistas. Pero si la mirada se amplía al total de los ocho primeros meses de 2011, el tope de subas lo tienen aceites y grasas con 24 %, cereales y pastas le sigue con 21,8 % y productos lácteos y huevos en tercer lugar con 18,2 %. en tanto que en el otro extremo, el que menos variante tuvo en el período fue frutas y verduras con 1,4 %.

Recordemos finalmente, respecto al relevamiento de precios local, que el mismo se hace en base a la toma de 318 artículos recolectados de cuatro cadenas de supermercados de la ciudad, correspondiendo a alimentos, bebidas y artículos de limpieza e higiene personal. En base a ellos, tomando la misma referencia, se realiza en consecuencia el aumento registrado en promedio, lo cual viene efectuándose, y difundiéndose a través de este Diario, desde hace tres años.

Este es entonces un panorama muy puntual respecto a la inflación reciente y su impacto en los presupuestos hogareños, dentro de este nivel de polémica que se viene dando desde comienzos de 2007 cuando el INDEC fue intervenido por el gobierno nacional y sus estadísticas quedaron bajo permanente estado de sospecha, al punto que sus marcaciones no son reconocidas por los sindicatos en sus discusiones salariales, ya que desde la misma CGT se ha reconocido que "la que vale es la inflación de las góndolas", desdiciendo de tal forma al propio INDEC.

Otra de las consecuencias que se advierte, a modo de ejemplo, fue el reciente aumento del salario familiar donde no se tuvo en cuenta la inflación real, con lo cual el Estado se quedará con unos 3.900 millones de pesos "sobrantes" si los topes hubiesen sido actualizados por la inflación real en lugar de la ficticia del INDEC. Todo un problema, que tal vez comience a esclarecerse después de octubre.

Autor: Redacción

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