Editorial

Inflación asfixiante

Al final se dio lo que se daba, y además, anticipado por otras fuentes. Es que la Dirección de Estadísticas y Censos de la Ciudad de Buenos Aires confirmó que la inflación del pasado mes de abril fue de 6,5%, constituyéndose en la más alta de los últimos 14 años, un registro que indudablemente nadie desea contar entre sus antecedentes, como en este caso le cabe al gobierno nacional de Mauricio Macri, que por ahora sólo responde con promesas para el segundo semestre del año, el cual desde la visión oficial, será diametralmente diferente del que estamos transcurriendo, ya que fue justamente en esta primera mitad del año cuando se están haciendo todos los ajustes y ordenamientos que requería la descalabrada economía, tal la dejó en esas condiciones el gobierno anterior a cargo del kirchnerismo.

Con la aludida medición, al menos en el ámbito de la ciudad de Buenos Aires, en los primeros 4 meses del año se llevan acumulados 19,2%, en tanto que en los últimos 12 meses, es decir, la inflación anual, llega a 40,5%, una cifra que está por encima de los acuerdos salariales que se han logrado hasta ahora en paritarias, que oscilaron entre 30 y 35 por ciento, y además en cuotas, con lo cual queda en evidencia que se produjo hasta ahora una fuerte pérdida de poder adquisitivo, quedando reflejado con claridad en la baja del consumo.

Sin dudas, empujando esta suba inflacionaria tuvieron una participación importante el alza de las tarifas de servicios públicos, encabezando el gas con 183,7%, el agua 107,3%, el transporte 32,1% y el ferrocarril 13,1%, debiéndose agregar el 9,5% en vestimenta, 6,3% en servicios educativos y 5,3% en medicamentos. En tanto, hubo reducciones en paquetes turísticos 6,8%, frutas 5%, transporte aéreo 4% y hotelería 2,1%.

De todas maneras y más allá de los datos consignados, los alimentos siguen siendo el rubro de mayor incidencia en el gasto familiar, habiendo tenido en abril una suba promedio de 1,8%, incluso destacándose que se produjo una cierta moderación con relación a los meses previos, aunque no obstante el acumulado interanual asciende a 34,7%, pero con 59% las frutas, 42,8% la carne y 41,9% pescados, viviendo luego algo más rezagados pan y cereales con  29,2% y lácteos 26,2%. Otros elementos motorizadores del nivel inflacionario fueron lo productos farmacéuticos con una suba mensual de 5,3% e interanual de 49,1%, como así también el calzado con 43,7%.

Hasta aquí los detalles de la inflación porteña, que guarda cierta similitud con el resto de indicadores, uno de ellos oficial como la Dirección de Estadísticas de San Luis, y otros del ámbito privado. Hay coincidencias en que la inflación del presente mes de mayo estará en el orden de los 3,5 puntos, lo cual aunque considerablemente menor que abril, sostendrá la tendencia alcista de la primera mitad del año.

Todo resulta muy ilustrativo, aunque ese es un aspecto que no incide en la gente al momento de no poder satisfacer sus necesidades, viéndose seriamente afectados los sectores de menos ingresos, que han ensanchado considerablemente la base de la pirámide social, estimándose que la pobreza se encuentre en 34% y la indigencia en 7%, encontrándose cada vez más lejana la meta de "pobreza cero" prometida por el gobierno al comienzo de su gestión, que es cierto ha transitado muy poco de ese recorrido, pero el suficiente como para que las exigencias se vuelvan cada vez más precisas.

Para el esperado segundo semestre falta poco más de un mes, y tan breve lapso como el anunciado 3,5% de inflación que se registrará en mayo, son razones que vuelven pesimista el anuncio de cambio de la situación social. Es que mientras no se logre reducir y contener el alza del costo de vida, muy difícilmente aparezcan las soluciones del problema. Claro que algunos atenuantes existen, además del más trascendente descalabro que dejó el gobierno anterior en todo el conjunto, como por caso que las tarifas más importantes ya han sido ajustadas y por lo tanto se espera una desaceleración del  nivel inflacionario ya sin ese elemento motorizador, y como también está restringiéndose la emisión monetaria en la medida de lo posible, es probable que la inflación se reduzca y comience a fortalecerse la esperanza de dejar atrás el problema.




Autor: Redacción

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