Suplemento Economía

Inesperada devaluación y flexibilización cambiaria

La brusca devaluación perpetrada al son de las calurosas temperaturas de enero será para muchos difícil de asimilar y sin dudas cala en lo más hondo de quienes habían tomado en serio la promesa de no alterar repentina y violentamente el tipo de cambio.

Sin lugar a dudas que en un contexto de escasez de divisas como el presente la política cambiaria era insostenible, mostraba numerosas fisuras y la pérdida constante de reservas era su peor consecuencia. 

Ante esta realidad el esfuerzo quedó doblegado y el sacrificio de muchos miles de millones de reservas ha sido vano. La fuerte devaluación como siempre favorecerá a los grandes especuladores tenedores de divisas. El jueves el mercado puso una enorme presión sobre el dólar y se registró una fuerte devaluación del peso, ya que la cotización oficial superó la barrera de los 8 pesos y la divisa que se comercializa en el circuito informal traspasó los 13 pesos. 

Ante la incertidumbre de lo pudiera pasar el viernes, el Gobierno cambió sorpresivamente para evitar otro día como el jueves. Así las cosas dispuso liberar a partir de lunes la compra de divisas para fines de atesoramiento, por parte de particulares, aunque sólo limitada a la existencia comprobada de la contrapartida en pesos. 


UN NUEVO EQUILIBRIO

Lo anunciado sin dudas es algo que la inmensa mayoría de los actores de la economía venía reclamando. El retraso cambiario era cuestionado tanto por la industria como por el sector agropecuario, unos y otros aludían a la falta de competitividad y a la paulatina pérdida de rentabilidad con sus consecuentes temibles secuelas.

Este salto del dólar provoca un “efecto riqueza” a los tenedores de divisas pero también a las empresas productoras de bienes exportables y desde ya a los productores agropecuarios.

La otra cara de la moneda es el “efecto riqueza” negativo que deben soportar principalmente asalariados, que como último orejón del tarro poco y nada podrán hacer para evitar la pérdida de poder adquisitivo de sus salarios.

Ahora bien, ¿qué impacto puede esperarse en la economía real?

Es difícil hacer pronósticos, ya que todo dependerá del grado de confianza que depositen en las medidas los diferentes agentes económicos.

En un contexto positivo, acompañado de una prudente política fiscal y monetaria se podría esperar conseguir un nuevo equilibrio favorable para la economía nacional; sin embargo si la medida no alcanza a satisfacer las expectativas macro sociales, la situación no es tan clara, y posibles repercusiones en los precios rápidamente carcomerían el efecto logrado.

Dadas las circunstancias, desde el gobierno el propio ministro de economía Kicillof salió a aseverar y tranquilizar el mercado: "es mentira desde todo punto de vista que se traslade a precios".

Sin embargo quién tiene la última palabra es el mercado, y el riesgo es claro, por un lado gran parte de la industria trabaja y elabora productos con equipos e insumos importados, que encarecidos, impulsaran los costos de los bienes finales; y por otro, al ser el país un importador neto de energía y esta encarecerse con el aumento del tipo de cambio toda la matriz productiva sufrirá los efectos negativos.

Por lo pronto la medida ha sido tomada en forma halagüeña, son muchas las voces que han avalado la operación, entre los entes más importantes que celebraron las medidas del gobierno nacional se destacan la Unión Industrial Argentina (UIA), la Cámara Argentina de la Construcción (CAC) y la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME).

Incluso desde la oposición se han alzado voces a favor, ya que era necesario “sincerar” el tipo de cambio y las trabas y reglamentaciones desfavorecían la toma de riesgo y por ende las nuevas inversiones.

El tiempo marcará la agenda, después de una semana al “rojo vivo” queda pendiente la ardua tarea de desactivar las expectativas inflacionarias con el fin de anular una posible carrera de precios, salarios y tipo de cambio que resulte muy negativo para la actividad económica del país.

Autor: Lic. Alfredo Koncurat

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