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Indignados celebraron su primer aniversario

MADRID, 13 (AFP-NA). - Al ritmo de tambores y agogos brasileños, miles de "indignados" marcharon ayer por las calles del centro de Madrid en un ambiente festivo que no ocultaba sin embargo su hartazgo por una crisis que golpea con dureza al país. 

"La paciencia se está agotando porque la situación económica no ha mejorado y la carga sobre las clases trabajadoras es tremenda", afirma Bárbara, una profesora universitaria de 30 años. 

En un país sumido de nuevo en la recesión, con un desempleo del 24,44% -y del 52% entre los jóvenes- el gobierno conservador de Mariano Rajoy lleva a cabo desde hace meses medidas de rigor para ahorrar 30.000 millones de euros, con recortes en sectores como la salud pública o la educación.

"¿Hasta cuándo van a seguir los políticos tensando la cuerda?", afirma esta joven de rizos pelirrojos mientras avanza con la manifestación, precedida por una orquesta de al menos 200 tambores y agogos que da a la marcha un aire de carnaval.

"Es importante mostrar que seguimos aquí, que hay miles de personas que quieren un cambio y que están dispuestas a trabajar para ello", piensa otra manifestante, Marina Santos, de 23 años y empleada en una oficina, agitando una pancarta que dice: "Otro mundo es posible".

En un ambiente jovial, miles de manifestantes, en su mayoría jóvenes, avanzan lentamente hacia la emblemática Puerta del Sol, la plaza del centro de Madrid donde hace un año nació este movimiento, que después inspiró a otros similares desde Israel hasta Estados Unidos.

En el centro del cortejo, un grupo de unos veinte payasos atrae todas las miradas con sus narices rojas y extravagantes atuendos. Al grito de "¡Capitalismo!", todos caen muertos al suelo desatando una lluvia de fotografías de periodistas y

manifestantes. "¡Revolución!", lanza entonces uno de ellos y todos resucitan poniéndose a correr en todas direcciones.

Los manifestantes aplauden, pero a su manera, sacudiendo las manos alzadas al cielo, en un gesto que ya se ha convertido en símbolo de los "indignados".

Entre jóvenes y menos jóvenes, abundan las camisetas con las consignas contra la austeridad que se han echo célebres durante meses de protestas: las verdes de profesores y estudiantes pidiendo "una escuela pública de tod@s para tod@s", las amarillas del colectivo Juventud Sin futuro que se define como "sin casa, sin curro, sin pensión, sin miedo".

Autor: Redacción

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