Suplemento Economía

Incertidumbre que pesa

Distintos sectores de la economía muestran indicios de una menor actividad, la merma del consumo ya se siente en los comercios minoristas y sólo los créditos y las cuotas ayudan por ahora a disimular la incipiente retracción económica.

Los indicadores son claros, esta vez la negativa expectativa mundial parece estar golpeando fuerte y la espiral descendente abarca a todo el planeta: fuerte recesión en Europa, con España al borde del abismo y Grecia con un pie afuera del viejo continente, débil reactivación en EE.UU. y pérdida de dinamismo en los BRIC, con Brasil estancado y China e India con menor crecimiento.

El panorama no es diferente para nosotros, la incertidumbre golpea fuerte, y con las perspectivas por el piso el parate en la actividad económica se pronuncia con detalles:

* En su último informe referido a abril, la Unión Industrial ratificó una caída 3% en la actividad después de 30 meses.

* De acuerdo a las propias estimaciones del INDEC, la construcción en el mes de abril presentó variaciones negativas del 3,8% en comparación interanual.

* Según ADEFA, la producción de autos en Argentina se derrumbó el 24,4% interanual en mayo, mientras que las exportaciones bajaron un 45,7%.

* El patentamiento de motos descendió 12% según el informe de abril de ACARA.

Los indicadores hablan por sí solos, y ya no son pocos los que se animan a vaticinar una recesión para la segunda mitad del año. La propia presidenta Cristina Fernández de Kirchner admitió el viernes, al disertar ante el Consejo de las Américas en Nueva York, que "pese a la solidez" de la economía argentina la crisis financiera mundial impactará en el país. El mismo día, el INDEC informó que la actividad económica creció apenas un 0,6 por ciento en forma interanual. El indicador refleja una marcada desaceleración ya que en marzo había crecido 4,1%, en febrero 5,6% y en enero 6,1%.

Para peor, ni esta debilitada economía garantiza que caiga la tasa de inflación, en principio por desajustes acumulados con el fuerte crecimiento de los últimos años, pero también por la fuerte incertidumbre que frena la tan preciada inversión que por la propia dinámica de nuestra economía ha sido insuficiente para garantizar un autosustentable crecimiento.

El armado del rompecabezas da espacio a un temible peligro: estanflación. La sola mención al término da pavor, imaginar al país sumido en un periodo de estancamiento económico con inflación sería conjeturar el peor de los escenarios.


PERSPECTIVAS

Por ahora el timón está firme, las reservas acumuladas dan garantías de poder pagar las obligaciones, y si bien los vientos del norte traen negros humores que hacen suponer que lo peor de la borrasca está por llegar, de cara a un posible recrudecimiento económico mundial Argentina espera la tempestad con claros signos de aplacamiento pero con fortalezas que hacen suponer que por ahora se aguantará el cimbronazo.

El desafío mayor pasa sin lugar a dudas por aplacar las negativas expectativas que se han forjado con la acumulación permanente de inflación. La pesificación vía ley parece un instrumento fresco en pos de un objetivo loable, pero con tasas de interés groseramente negativas el contraste con las preferencias de los particulares que buscan refugio en el dólar es evidente.

La cultura argentina derivada de décadas con recurrentes devaluaciones post crisis condena las posibles acciones de política económica en este sentido. Sin lugar a dudas los próximos meses nos supondrán en un escenario difícil, siempre se sabe cuándo se entra en una crisis, pero nunca cuándo se sale.

Autor: Lic. Alfredo Koncurat

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