PENELA, PORTUGAL, 19 (AFP-NA). - Un inmenso incendio
forestal dejó al menos 62 muertos, muchos de ellos calcinados en
el interior de sus vehículos, y decenas de heridos en el centro de
Portugal, donde este domingo los bomberos seguían luchando contra
las llamas.
Cerca de 900 bomberos y 300 vehículos combatían por la tarde el
fuego que se declaró el sábado en la localidad de Pedrogao Grande,
a unos 50 km de Coimbra, en la región de Leira, para extenderse
después rápidamente por varios frentes.
Según un nuevo balance anunciado por el secretario de Estado
del Interior, Jorge Gomes, el incendio dejó 62 muertos y más de 50
heridos, entre ellos ocho bomberos.
El fuego "sigue avanzando en cuatro frentes, dos de ellos de
una gran violencia", había explicado previamente.
Muchas de las víctimas se vieron atrapadas por las llamas en el
interior de sus coches cuando circulaban por una carretera
cercana. "Es difícil decir si estaban huyendo del fuego o fueron
sorprendidos por él", según Gomes.
Desde el Vaticano, el papa Francisco expresó su "cercanía con
el querido pueblo portugués a raíz del devastador incendio que
arrasa los bosques (...) causando muchos muertos y heridos".
LA PEOR TRAGEDIA
En estas colinas, que 24 horas antes estaban cubiertas de
eucaliptos y pinos, la devastación era total.
De cada lado de la carretera nacional IC8, a lo largo de al
menos 20 km, una espesa capa de humo blanco quedaba suspendida
sobre los árboles carbonizados y el suelo ennegrecido.
Frente a unas casas abandonadas, se veía un coche calcinado.
Más lejos, el cadáver de un hombre cubierto con una sábana blanca
yacía a pocos metros de la carretera principal, rodeado de
policías equipados con máscaras.
Decenas de personas que huyeron de sus casas fueron acogidas
por los habitantes de una localidad cercana, Ansiao. "Hay gente que llegó diciendo que no quería morir en su casa,
envueltas por las llamas", explicó a la prensa uno de ellos,
Ricardo Tristao.
Cerca de un pequeño estanque en la aldea de Bouça,
perteneciente al municipio de Penela, una decena de bomberos se
había desplegado con sus dos camiones para evitar que las llamas
se propagasen.
"Hemos tenido un momento muy tenso en el pueblo de Moninhos
Cimeiros, varias viviendas tuvieron que ser evacuadas y si no
hubiésemos estado ahí todo habría partido en humo", explicó uno de
ellos, Mario Maia, a la AFP.
"La prioridad ahora es salvar a las personas que puedan seguir
en peligro", declaró, muy afectado, el primer ministro portugués
Antonio Costa, desde la sede de la Protección Civil, cerca de
Lisboa.
Y reconoció: "Desgraciadamente, esta es sin duda la peor
tragedia que hemos conocido en estos últimos años en términos de
los incendios forestales".
CALOR Y TORMENTAS
El sábado Portugal se vio afectado por una fuerte ola de calor,
con temperaturas que superaron los 40 grados en varias regiones.
Unos 60 incendios forestales se declararon en todo el país
durante la noche y cerca de 1.800 bomberos fueron movilizados para
combatirlos.
Los incendios podrían haber sido provocados por la caída de
rayos en zonas donde se registraron tormentas eléctricas, explicó
Costa.
El presidente portugués, Marcelo Rebelo de Sousa, se desplazó a
la región de Leiria y dio el pésame a las familias de las
víctimas, "compartiendo su dolor, en nombre de todos los
portugueses".
Relativamente a salvo del fuego en 2014 y 2015, una ola de
incendios sacudió Portugal el año pasado, que devastaron más de
100.000 hectáreas de su territorio continental.