MADRID, 8 (AFP-NA). - Un juez español imputó este martes
a la infanta Cristina, hija menor del rey Juan Carlos, por
presuntos fraude fiscal y blanqueo, abriendo un año sombrío para
una Corona debilitada por los escándalos y los problemas de salud
del monarca.
Es la primera vez que un miembro directo de la familia real se
ve implicado en la investigación por corrupción que pesa desde
2011 sobre Iñaki Urdangarin, esposo de la infanta.
Urdangarin, de 45 años, excampeón olímpico de balonmano
reconvertido en hombre de negocios, es sospechoso junto a su
exsocio Diego Torres de malversar 6,1 millones de euros de fondos
públicos mediante el Instituto Nóos, una sociedad sin ánimo de
lucro que presidió de 2004 a 2006 y en cuya junta directiva
participaba la infanta.
Cristina, de 48 años, es también copropietaria, junto a
Urdangarin, de la empresa Aizóon, sospechosa de haber servido de
pantalla.
Desoyendo la oposición de la fiscalía, el juez José Castro de
Palma de Mallorca, en las Islas Baleares, que instruye el caso
Nóos desde 2010, la imputó por "supuestos delitos fiscales y
blanqueo de capitales" y la convocó a declarar el 8 de marzo.
Tras la noticia, la Casa del Rey se limitó a expresar su
"respeto de las decisiones judiciales".
El abogado de la Infanta, Miquel Roca, aseguró por su parte que
Cristina recurrirá.