El crecimiento del mercado automotor argentino extendió la competencia entre las marcas a otras fronteras, en función de las exigencias de los usuarios. No sólo sirve ya fabricar y vender vehículos, también es muy importante para los compradores la calidad del servicio de posventa, que se ha transformado en un factor de decisión de compra para los usuarios (que circula rápidamente boca a boca) y en un elemento de atracción para los vendedores.

La extensión de las garantías hace que los concesionarios oficiales tengan una buena masa de clientes por atender. Según La Nación, es aquí donde los usuarios deben tener muy en cuenta, antes de comprar un automóvil u otro tipo de vehículo, cómo es el servicio de posventa de cada marca, los precios de los mantenimientos programados y de los repuestos, cuáles son los elementos de desgaste que se cambian, qué tan rápida es la atención, cuál es la extensión territorial del servicio y, lo que no es menor, la calidad del mismo.

Eso sí, más allá de los costos, los usuarios no deben perder de vista que los concesionarios oficiales utilizan repuestos legítimos y los técnicos tienen capacitación constante de los fabricantes e importadores, lo que no es un dato menor. No es una buena política dejarse estar y salir a la ruta sin verificar el estado de su automóvil.

Haga revisar su auto: luces, neumáticos, lubricantes, fluidos, tren delantero y frenos son vitales para que circulemos con seguridad en caminos atestados de vehículos con diversos tipos de mantenimiento. No es difícil ver en autovías y rutas principales autos, utilitarios y camiones sin luces y en condiciones precarias de mantenimiento.