Editorial

Impacto del Diario

Cuando las redes sociales, aún siendo una realidad incontrastable, parecen haber avanzado por sobre todas las formas anteriores de comunicación, estas, las más tradicionales, continúan teniendo no sólo plena vigencia sino además, conservando una importancia superlativa. Los medios gráficos por ejemplo, que alguna vez fueron puestos en duda, mantienen fresca y renovada su presencia como forma directa de comunicación con la gente, un vínculo que en lugar de debilitarse se ha fortificado, contando con la participación de las  nuevas formas que permiten los avances tecnológicos, quedando claro que más que una competencia, significa una complementación.

Un caso concreto, muy reciente y por demás elocuente, se tuvo con la difusión de una nota periodística de LA OPINION referida al tema de la lechería, cuya repercusión encontró eco nada menos que en el ministro de Agroindustria, Ricardo Buryale, interiorizándose a través de nuestra página web, quedando entonces comprobada la complementación a la cual aludíamos, como forma de alcanzar proyección nacional con un ejemplar de papel con distribución en Rafaela y la región.

En efecto, un especialista rafaelino en temas lecheros, quien tiene además a su cargo el asesoramiento de tambos en toda esta zona, el ingeniero agrónomo Miguel Rocchia, publicó en Facebook una carta abierta dirigida al presidente Mauricio Macri, planteando que la grave crisis terminal de la lechería no tendría solución con las medidas anunciadas recientemente en Venado Tuerto, lo cual fue publicado por este Diario, y luego, dos días después en el suplemento Rural de los jueves, el citado Rocchia fue reporteado dando lugar a la nota central de la referida sección, donde volvió a reiterar y ampliar aspectos críticos de la situación que está viviendo la producción lechera en la Argentina.

Justamente, ese reportaje fue el que llamó la atención, y el interés, del ministro Buryaile, quien se comunicó con el profesional rafaelino, interiorizándose más profundamente de sus inquietudes y apreciaciones sobre esta problemática, señalando "seguimos trabajando para mejorar las condiciones de la cadena láctea y brindarle todo el apoyo que necesita para poder revertir la situación por la que atraviesa". Una frase que, en otras circunstancias, podría interpretarse como una de las promesas de las tantas que se realizan para responder a solicitudes de asistencia, cuya mayoría de las veces van diluyéndose en el olvido. Sin embargo, además del breve lapso que llevan en el gobierno las actuales autoridades y que los pone a cierto resguardo de dar soluciones integrales y definitivas, lo realmente destacable es la comunicación que se ha establecido con los que deben soportar diariamente el peso de los problemas, en este caso, los productores de leche. Es más, ese contacto está dado con las esferas dirigenciales de las organizaciones que los representan, pero además, con todos los demás actores, como en este caso el ingeniero Rocchia.

Durante su carta abierta, el reportaje en este Diario y luego planteado directamente ante el Ministro, el profesional rafaelino había descripto una perspectiva realmente crítica del sector, terminal en muchos casos recordando que durante las dos últimas décadas habían cerrado 25.000 tambos en el país, 3.000 de ellas en los últimos años, y que era insostenible seguir produciendo con valores de la leche que no aumentaban desde hacía 3 años. Detalló incluso, que al menos tres de los muchos tambos más con los que tenía contactos como clientes, tenían decidido cerrar y vender sus vacas ante la imposibilidad de continuar trabajando a pérdida como lo vienen haciendo desde hace tanto tiempo.

El ministro Buryaile, un hombre oriundo de Misiones pero que proviene del sector agropecuario y es conocedor de sus problemas, le pidió a Rocchia "encarecidamente que el mensaje sea de optimismo a pesar de la cruda realidad, que el gobierno desea que  ningún productor más venda sus vacas para pagar sus cuentas, y que están trabajando fuertemente para que pueda tenerse una solución lo más pronto posible", destacando además que la intención es "transparentar toda la cadena láctea".

Un dato para el cierre, de los muchos expuestos por Rocchia: "para comprar un litro de leche en una góndola, un tambero tiene que producir 7 litros". Telón.

Autor: Redacción

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