WASHINGTON, 28 (AFP-NA). - El presidente estadounidense Barack Obama y el mandatario iraní Hassan Rohani hablaron por teléfono ayer en la primera e histórica comunicación directa entre líderes de ambas naciones desde la Revolución islámica de 1979.
"Hace unos minutos, hablé por teléfono con el presidente Rohani de la República islámica de Irán. Hablamos sobre los esfuerzos en curso para alcanzar un acuerdo sobre el programa nuclear iraní", dijo Obama.
"Somos conscientes de los desafíos que enfrentamos. El hecho de que se trató de la primera comunicación entre los presidentes estadounidense e iraní desde 1979, evidencia la profunda desconfianza que existe entre nuestros dos países, pero también abre la perspectiva de superar esta historia difícil. Creo que hay bases para una resolución", agregó.
Obama dijo que manifestó a Rohani su convencimiento de que una "resolución" es posible sobre la disputa en torno al programa nuclear de Irán, que los occidentales temen esté destinado a producir armas, un extremo que Teherán niega.
Tanto Washington como Israel han advertido de la posibilidad de llevar a cabo una acción militar si la diplomacia falla para aliviar sus preocupaciones sobre un programa nuclear.
El presidente iraní, por su parte, confirmó la conferencia telefónica.
"Los dos insistieron en la voluntad política para una rápida resolución de la cuestión nuclear, así como abrir el camino para resolver otras cuestiones y la cooperación en cuestiones regionales", afirmó la presidencia en su página web.
La cuenta Twitter de la oficina presidencial iraní también confirmó la llamada.
"En conversación telefónica el presidente Rohani y el presidente @BarackObama expresaron su mutua voluntad política de resolver rápidamente el tema nuclear", señala el tuit.
En otro tuit que parafraseaba a Rohani se podía leer "expreso mi gratitud por tu #hospitalidad y tu llamada telefónica. Que tengas un buen día, presidente".
Obama incluso llegó a disculparse por el tráfico en Nueva York, según un tuit de Rohani, una clara señal del nuevo tono que marcan las conversaciones entre los dos países enemigos durante mucho tiempo.