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Hillary Clinton no sabe como parar el avance de Trump

Puntos más, puntos menos, Donald Trump alcanzó a Hillary Clinton en las encuestas a nivel nacional y entre las filas de asesores de la ex secretaria de Estado crece la preocupación sobre cómo frenar el ascenso de un candidato completamente impredecible, que rompe todos los moldes de las antiguas contiendas políticas en EE.UU., que está dispuesto a pelear sucio y cosecha votantes sin parar, a pesar de las barbaridades que dice.

“Hay que preocuparse ante un fenómeno inédito como Trump”, dijo Arturo Valenzuela, ex subsecretario de Estado para América latina y que trabajó varios años bajo las órdenes de Hillary. Otro asesor, que actualmente trabaja en la campaña, y prefirió hablar en off the record, dijo a esta corresponsal que “soy realista, quizás algunos dirán pesimista”, aunque señaló que falta mucho para las elecciones de noviembre. “Cinco meses en política es una eternidad y obviamente éste año es el más extraño que viví en mucho tiempo: no hay previsibilidad alguna del votante y hay un fenómeno populista que no ha existido antes”, agregó.

Hillary sigue bregando hasta último momento con Bernie Sanders la interna y, aunque finalmente terminará ganando –lleva una ventaja casi inalcanzable en cantidad de delegados— no puede enfocarse debidamente en Trump. Ella juega dos carreras al mismo tiempo pero ya apunta hacia adelante. El problema ahora es encontrar la mejor estrategia para enfrentar al millonario.

“La primera cosa en la que estamos enfocados es empezar a calmar la animosidad de Sanders y sus seguidores”, dijo la fuente demócrata. Señaló que ya están negociando para tener una “convención civilizada” a fines de julio para que Hillary allí no tenga problemas y el partido salga a pelear unido contra Trump. Para eso ofrecerán a los delegados de Sanders incluir algunas de sus propuestas en la plataforma. “Será una negociación dura porque él va a querer poner temas de extrema izquierda”, aunque no necesariamente serán parte del discurso oficial de Hillary. Para la campaña es vital sumar a los seguidores de Sanders. Pero Trump también busca pescar votos en ese electorado.

Según las últimas tres encuestas publicadas este fin de semana, el magnate republicano y la ex secretaria de Estado están virtualmente empatados, o dentro del margen de error. Ella redujo así sustancialmente el liderazgo que gozaba el último mes, de más de 8 puntos. Una vez que sus rivales en la interna abandonaron la elección, Trump tuvo gestos destinados a agradar al electorado conservador que duda de él, y al establishment del partido que lo detesta, pero comienza a aceptarlo a regañadientes.

Hillary goza de una amplia ventaja entre la comunidad negra, la que ganaría con un 84% de los votos. También entre los latinos, con un 65%, y entre las mujeres, entre las que marcha adelante por 15 puntos. Pero su gran punto débil son los votantes blancos, de sexo masculino, de clase media, sin educación superior. Muchos de ellos son jefes de hogares donde la salida de la crisis del 2008 no se ha sentido con fuerza, son trabajadores industriales cuyas empresas han sido deslocalizadas a países con mano de obra más barata y es gente que siente que su trabajo se ve amenazado con la llegada de inmigrantes.

Autor: Redacción

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