Editorial

Hidrocarburos en baja

Hidrocarburos en baja

Una falla estructural de características muy preocupantes que se advierte en el país, luego de todos estos años de crecimiento económico, es la falta de inversiones para obtener una mayor producción energética, lo cual vendría a ser algo así como el talón de Aquiles de esta expansión que se viene registrando en el período aludido, ya que el déficit para el abastecimiento conjunto de energía tanto de los sectores industrial y privado en forma simultánea, tropieza con serios inconvenientes en aquellos momentos de mayor demanda, habiéndose llegado en determinado momento a la interrupción de la prestación del servicio en forma normal, optándose por la afectación del sector productivo. No siendo suficiente por otra parte, las compras que se vienen haciendo sostenidamente en algunos otros países, con un muy importante escape de divisas, cuando en realidad, y luego de todo este tiempo de expansión se debería haber ido solucionando paulatinamente este problema.

Un informe publicado en el diario Clarín con la firma del periodista rafaelino Antonio Rossi, da cuenta que justamente por la falta de inversiones las reservas de petróleo cayeron 11% mientras que las de gas natural en un importante 43%, quedando de tal manera muy claramente expuesta esta deficiencia en cuanto a esta declinación en materia de hidrocarburos. Expertos consultados coincidieron en afirmar que el declive de los niveles productivos es directa consecuencia de la caída de las reservas, lo cual se produce por la carencia de una política energética adecuada.

Para tener una idea de la magnitud que alcanza este problema, habiéndose caído en la peor situación de los últimos 50 años, la disminución de reservas de petróleo y gas que se ha registrado solamente en el período que va de 2002 a 2009, le ha significado a la Argentina una descapitalización de 100.000 millones de dólares, considerando los actuales valores de reposición de los hidrocarburos.

Un documento sobre el tema elaborado por ex secretarios de Energía de la Nación, que estuvieron en el manejo del área durante distintos períodos, entre los cuales se consigna a Jorge Lapeña, Alieto Guadagni, Daniel Montamat, Raúl Oloco, Julio Aráoz, Emilio Apud, Roberto Echarte y Enrique Devoto, sostiene en uno de los párrafos que "la declinación de las reservas responde a la falta de inversiones de riesgo y a la incertidumbre que genera la intervención discrecional del Gobierno en materia energética".

De acuerdo se desprende de este trabajo, en el período comprendido entre 2002 y 2010, la producción de petróleo no paró un momento de caer, con bajas que oscilaron entre 1 y 6 puntos por año, una tendencia que también se producirá durante el presente 2011, ya que en estos primeros transcurridos la merma de la producción se encuentra en 4% con relación al año pasado.

En cuanto al gas natural, las complicaciones también están muy expuestas, ya que desde 2004 la producción está en pleno retroceso, al extremo que de acuerdo con la extracción prevista para el corriente año, la cantidad total será inferior a la del año 2002 cuando el país estaba sumido en una profunda crisis económica.

Esta situación ha desembocado en que después de más de dos décadas la Argentina ha resignado su condición de autoabastecimiento. Es decir, ya no podemos más depender de nuestra producción para afrontar el consumo, debiéndose por lo tanto recurrir a las importaciones. Pero eso no es todo, ya que la falta de inversiones en la exploración de nuevos yacimientos, ha hecho que en este momento el país disponga apenas de la mitad de las reservas que estaban en libre disponibilidad hace 30 años.

Lo que se dice, sostenido en las estadísticas, ofrece muchos otros aspectos que facilitan su comprobación y entendimiento. Veamos por caso la cantidad de pozos exploratorios que se terminaron en los últimos años, habiendo sido de un promedio anual de 100 en la década del ´80, bajándose a 80 en la década del ´90, y apenas 40 en el período comprendido entre 2001 y 2010. De tal modo queda expuesta la desinversión que viene teniendo el país en materia energética en los últimos 30 años, aun cuando en este último tiempo el problema se ha agudizado, incluso con la posibilidad de financiamiento para las nuevas obras.

La perspectiva es lo suficientemente clara y precisa como para que se inicie una iniciativa de reversión, para recuperar un posicionamiento que se resignó en los últimos años.

Autor: Redacción

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