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"Gusto a poco", la definición del mercado sobre el anuncio

Por José Calero

Las medidas anunciadas por la ministra de Economía, Silvina Batakis, son consideradas insuficientes por los mercados, que continúan cubriéndose comprando dólares. "Tienen gusto a poco", graficó un financista curtido en mil batallas sobre el último de los anuncios para que los turistas liquiden las divisas en el sistema financiero.
Los agentes económicos sostienen que la corrida cambiaria casi sin precedentes tendría más chances de frenarse si Cristina Kirchner saliera a apoyar formalmente los anuncios de Batakis sobre austeridad, y a comprometerse políticamente con los mismos. "Las versiones sobre reuniones entre Cristina y Alberto Fernández no alcanzan", dijo un operador que suele manejarse como pez en el agua en el agudo mercado del contado con liquidación.
Por ahora, la vicepresidenta no quiere pagar costos políticos, a esta altura algo imposible teniendo en cuenta que la economía desbarranca y el dólar blue subió casi $100 en julio.
El mercado está enterado desde hace semanas que el BCRA se quedó sin reservas netas, por más que la autoridad monetaria no difunda las cifras oficiales. Las reservas brutas, compuestas sobre todo por el volumen de depósitos en dólares, perforaron el piso de los US$ 40.000 millones, luego de que se perdiera el superávit comercial en junio.
Las fuertes importaciones de gas licuado que se vienen haciendo golpean con dureza la balanza de pagos, provocando un estrangulamiento que ya fue analizado mil veces por economistas en el país a lo largo de los últimos 50 años.
La Argentina siempre sufre problemas parecidos: no ahorra en los tiempos de bonanza y todo se convierte en un descalabro cuando los desequilibrios se profundizan.
Según los datos difundidos por Economía, el déficit fiscal superó el billón en el primer semestre. Fue de $1.244.916,4 tras el pago de intereses de la deuda pública. Sólo en junio el desequilibrio rozó los $400.000 millones, mientras sectores duros del kirchnerismo exigen que se aumente el gasto para pagar un salario universal.
En el Senado, la Vicepresidenta estaría de acuerdo con esa idea, lo cual mete más ruido en un mercado harto del kirchnerismo y su convencimiento de tirar manteca al techo en tiempos en que el pan escasea.
"Cristina cree estar en 2008, cuando heredó el superávit fiscal de Néstor Kirchner y pudo hacer populismo al máximo", advierte un analista financiero que viene siguiendo el derrotero del déficit, en una Argentina que lejos se encuentra de estar condenada al éxito.
El paso de los días sin tomar decisiones de fondo no hace más que complicar a un Gobierno donde las tensiones van en aumento. Esas tensiones impactan a pleno en el ánimo presidencial: se notó en el acto que encabezó el miércoles en una localidad bonaerense, donde dejó una frase que refleja el ánimo actual en el Poder Ejecutivo: "Pensé que me iban a ayudar más".

EL MAL RECUERDO
DEL RIESGO PAÍS EN 2001
En diciembre de 2001, las pantallas de los canales de televisión seguían el minuto a minuto del riesgo país, que trepaba a medida que los funcionarios hacían alguna declaración sobre la crisis sin precedentes que soportaba la Argentina, corralito incluido.
Ahora, lo que recalienta el minuto a minuto las redes sociales es el alza del dólar ofrecido en el mercado marginal. Ya casi nadie habla del riesgo país, a pesar de que también está por las nubes, por encima de los 2.800 puntos.
A diferencia de 2001, la situación en los bancos es de calma, y nadie piensa en la posibilidad de una confiscación de depósitos, en gran medida porque la mayoría de las colocaciones están en pesos.
Igual, existe un goteo de salida que se puede volver significativo en el caso de depósitos en dólares. El escenario es de alta tensión, en especial luego de trascender el panorama dramático que la ministra de Economía, Silvina Batakis, trazó ante el Gabinete nacional y los gobernadores. "No hay plata" y "aguantar hasta que pasen estos dos meses", fueron algunas de las frases sueltas que se desprendieron de esos encuentros.
Mientras tanto, Batakis y el presidente del BCRA, Miguel Pesce, estudian nuevas medidas para tratar de contener la salida de divisas, que ya dejaron las reservas por debajo de los US$ 40.000 millones.
La última idea es desdoblar la divisa para turistas y pagarles lo mismo que el contado con liqui si la liquidan en el sistema financiero. La idea nace con éxito improbable: es que para qué los turistas van a hacer un trámite bancario si son los propios comercios y hoteles los que les reciben billetes estadounidenses al tipo de cambio blue o incluso un poco por encima.
El problema de fondo, como ocurrió en Venezuela, es la multiplicidad de tipos de cambio, que desalienta las exportaciones e impulsa las importaciones. Todo el mundo quiere dólares en la Argentina, pero sobre todo busca sacarse de encima los pesos, que queman en los bolsillos mientras el BCRA no para de emitir.
A la recién asumida Batakis se le acaban las palabras para describir la magnitud de la crisis. También explicó que el escenario es "muy complejo", durante sus reuniones con gobernadores, como si hiciera falta decirlo.
La portavoz del presidente, por su lado, continúa ninguneando al dólar blue, pero admite que se analizan medidas ante la disparada de esa cotización que es la que en realidad miran todos los argentinos.
La última anécdota de esta crisis muestra a argentinos revolviendo la basura porque aparecieron dólares olvidados en el cajón de un ropero que terminó en un basural de Las Parejas, en la provincia de Santa Fe.

CREDIBILIDAD
El problema de fondo es que ya pocos creen que el Gobierno tenga la receta para afrontar esta crisis. Y los inversores temen que todo termine impactando en una renegociación de pagos de la deuda.
El escenario internacional es cada vez más adverso, ya que a la suba de los commodities que presionan sobre la inflación, se sumó la casi segura nueva alza de tasas en los Estados Unidos. Esa decisión muy probable de la Reserva Federal terminará por llevarse las pocas divisas que tenían alguna chance de llegar a estas pampas.
Mientras tanto, a la dirigente con más peso en la coalición gobernante, la vicepresidenta Cristina Kirchner, sólo parecen preocuparle sus causas judiciales y aplicar una reforma insólita para elevar a 25 los jueces de la Corte Suprema.
Otra vez los intereses de la clase gobernante se distancian de los problemas que día a día sufren los argentinos, que tienen en la escalada de la inflación y la pobreza su costado más duro. Ante semejante miopía, no habrá medida que alcance para enderezar el rumbo y esquivar el iceberg. (NA)

Autor: REDACCION

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