entre Nación y provincias es que la "máquina de imprimir" billetes
está en manos de la Rosada y la puede usar para afrontar un mayor
gasto, mientras que los gobernadores deben peregrinar ante el
Gobierno nacional para obtener fondos con el fin de hacer frente a
demandas gremiales más alineadas con la inflación "real".
inflación, ante el cual no hay bolsillo que alcance, también los
gobiernos federal, provincial y municipal deben hacer frente a
mayores erogaciones por el alza de costos y las demandas de
aumento salarial.
obtener la cantidad de billetes necesarios, mientras que las
provincias no tienen esa opción y deben penar para que se les
autorice un mayor endeudamiento o les giren los fondos necesarios.
la Presidenta para que mejoren su forma de administrar y sean más
eficientes a la hora de recaudar.
Con un gobierno nacional que se quedó con mayoría de las
"cajas", es ajustado el margen de maniobra que le queda a las
provincias para hacer obras o pagar salarios.
ministro de Economía, Hernán Lorenzino, quien dijo que ese
distrito no puede endeudarse cada 60 días para pagar sueldos.
Las diferencias entre la Casa Rosada y el gobierno de Scioli
son cada vez más indisimulables, y van más allá de las cuestiones
económicas.
frente a los aumentos salariales de estatales, incluidos los
docentes, pero si la demanda de esos sectores supera el 22 por
ciento previsto por el gobierno provincial, la necesidad de
efectivo será aún mayor.
se pudo llegar a un acuerdo por paritarias, repitiendo lo ocurrido
en el 2012.
La respuesta de los gremios alineados con la CGT oficialista
demoró unos días pero llegó con la decisión de un paro que se
concretará este lunes.
Federación de Educadores Bonaerenses, incluso lanzó una medida de
fuerza por cuatro días, una señal de que la negociación será dura
y a largo plazo.
El problema de fondo está vinculado con la caída del poder
adquisitivo provocada por una inflación que no da tregua, y puede
convertir en caricatura al endeble acuerdo de precios forzado por
el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, quien pide
"tolerancia cero" contra quienes aumenten, un término que acuñó a
fines de los 90 el famoso alcalde de Nueva York Rudolph Giuliani.
faltantes de alimentos básicos, como aceite y azúcar, y
curiosamente en supermercados porteños se empiezan a ver góndolas
donde no figuran los precios de los productos, lo cual -sumado a
la prohibición no escrita de publicar avisos en los diarios-
impide al consumidor comparar.
el cepo cambiario impuesto para aminorar la salida de capitales se
puede terminar convirtiendo en peor remedio que la enfermedad.
El Banco Central destacó que los 3.300 millones de dólares que
se fueron del país en 2012 es la menor cifra en seis años.
dejar al borde del nocaut a la actividad inmobiliaria, y no toma
en cuenta los billetes que salieron del sistema financiero y
fueron adquiridos en el mercado negro.
Sin cifras oficiales, pero con datos de algunas casas de
cambio, se estima que el dólar blue movió unos 10.000 millones de
dólares en el 2012, lo cual forma parte también de capitales que
se fugaron.
renuevan créditos en el extranjero, como tampoco lo hacen el
BID y el Banco Mundial, y a esto se suma el retiro de depósitos en
dólares de los bancos, cuyo impacto se observa con contundencia en
la caída de las reservas, que ya se ubican por debajo de los
42.000 millones de dólares.
encierra un problema estructural: "Sube a medida que el Banco
Central emite más pesos y gasta más reservas".
Desde la vigencia del cepo cambiario, quienes apostaron al
dólar, o ya los tenían atesorados, lograron una ganancia del 50
por ciento en apenas un año, cuatro veces más que un plazo fijo,
en lo que se convirtió en un castigo a quienes practicaban la
pesificación auspiciada por el gobierno.
que apostaba al dólar perdería.