Editorial

Gestión de redes sociales

Si bien las redes sociales ocupan la centralidad de nuestras vidas desde hace una década o un poco más, la pandemia de Covid 19 obligó a vaciar nuestra presencialidad y fortalecer nuestra virtualidad por lo que se advierte un nuevo impulso de esas plataformas tecnológicas que mágicamente nos ponen cara a cara con otra persona que está a miles de kilómetros, pantalla mediante claro. 

Las nuevas tecnologías han reconfigurado en gran medida nuestras relaciones y los modos de comunicarnos, pero no solo a nivel personal sino también de las organizaciones, sean gubernamentales, de la sociedad civil o empresarias. Y con eso aparece como una nueva tarea la gestión de las redes sociales, a la vez que se definen pautas a seguir según el tipo de usuario, sus entornos virtuales y grupos de interés. Es decir, el perfil de una red social dependerá si es de uso personal, comercial (un negocio de barrio o una multinacional) o de una figura pública como puede ser un cantante, una celebridad, un deportista de elite, un periodista o un político entre tantas otras alternativas. Además de los criterios estéticos y de contenidos, a la hora de gestionar una red social es necesario comprender la diversidad de las audiencias y las múltiples lecturas que se realicen de los mensajes o imágenes que se postean en una cuenta. Es que hay una sensibilidad (y una habilidad) manifiesta para encontrar la quinta pata al gato y con ello la reputación de una persona, de un partido político o una empresa de cualquier escala puede quedar comprometida o, peor aún, destrozada. A esta altura ya se compilan los casos de crisis en redes sociales mal gestionadas y que obligan a los bomberos de la comunicación inteligente y estratégica a actuar para reducir daños y salvar marcas, entre otros activos.

Lo concreto es que cada vez más se debe tener cuidado y pensar antes de publicar, evitando las ideas políticamente incorrectas, a la vez que prever qué tipo de reacciones esperamos y qué otras pueden surgir a modo de sorpresa. No todo el mundo tiene el mismo humor o criterio de análisis de los contenidos que a diario se suben a las redes.

Veamos un caso concreto. Una publicación en Twitter entre jugadores de fútbol de alto perfil en el marco de la Liga de Campeones de Europa, considerado el torneo a nivel de clubes más prestigioso del mundo, dejó en evidencia los peligros que aparecen cuando las estrellas del deporte entregan el control de sus cuentas de redes sociales a terceros. Es que después de anotar el gol que selló el avance del Manchester City a las semifinales, Phil Foden pareció lanzar el guante a la superestrella del Paris Saint-Germain, Kylian Mbappé. ¿Estás listo?, decía una provocativa publicación de la cuenta de Twitter de Foden dirigida a Mbappé, anticipándose al partido del City contra el PSG por una de las semifinales de ese certamen.

Más tarde se eliminó y la compañía Ten Toes Media que administra las cuentas de redes sociales de Foden, entre muchos otros jugadores líderes, parece haber terminado su asociación con el jugador del City. Así, horas después de que el periódico Daily Telegraph informara que Foden se había separado de Ten Toes Media, la compañía publicó un comunicado en Twitter el viernes diciendo que estaba "entristecida con la situación actual", es decir con el final del vínculo contractual para gestionar la red social del ascendente juvenil.

Sin hacer referencia directa a Foden, la compañía aclaró que siempre ha tenido un proceso "que requiere que todos los mensajes sean aprobados por adelantado" por los atletas que representa en sus perfiles de redes sociales gestiona o sus representantes. Como se suele decir que una persona es dueña de sus silencios y esclava de sus palabras, una actitud desafiante a veces no es el mejor camino. El consagrado técnico del Manchester City, el español Pep Guardiola, dijo que Foden y otros deberían hablar "sobre el césped". Hechos, no palabras. 

Más allá de que se trató de una publicación que derivó en un malentendido, lo cierto que no resultó gratuito para el jugador Foden porque hay una afectación en su imagen pública justo cuando se encuentra en pleno en ascenso en el concierto del fútbol mundial. De todos modos, representa un buen ejemplo para reflejar la necesidad de enfocarse en una buena comunicación y gestionar con sumo cuidado las redes sociales. 

En la Argentina, la política se ha inclinado decididamente en la plataforma Twitter para comunicar, anunciar y opinar. Pero de tanto en tanto deben hacer correcciones y aclaraciones de sentido porque, sin intencionalmente o no, afectaron intereses o dispararon efectos no deseados. Ahora que todo pasa por las redes sociales, donde la libertad parece no tener límites más que la autocensura, es recomendable prestar atención al perfil para evitar crisis indeseadas. 







Autor: REDACCION

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