Editorial

Gasto e inflación

En un muy interesante y didáctico reportaje publicado en el diario "Ambito Financiero" al economista Martín Uribe, graduado en la Universidad Nacional de Córdoba y doctorado en Chicago, quien en la actualidad es profesor titular de la Universidad de Columbia en los Estados Unidos, y además investigador del National Bureau of Economic Research, se repasan aspectos del funcionamiento de la economía en nuestro país, con el perjuicio que constituye la elevada inflación.

Se sostiene a través del análisis, que la inflación que oscila en una suba anual de los precios del orden del 30%, constituye la pérdida de un punto en la suba de la economía, siendo contundente al destacar que "decir que para crecer hace falta inflación es falso. Está refutado por los datos. Hay muchos países que crecen a tasas superiores a las de la Argentina con una inflación menor", pero además, lo cual constituye un dato realmente impactante, estimó que para los países emergentes el crecimiento de sus economías resulta afectado cuando la inflación es superior a los 7 puntos anuales, lo cual deja en clara evidencia el elevado nivel de afectación de la Argentina con las tasas inflacionarias sumamente elevadas que viene teniendo estos últimos años, que según los estudios de este catedrático argentino radicado en Estados Unidos, atenta muy fuertemente contra la expansión de la actividad en su conjunto.

Como desde el propio seno del gobierno en reiteradas ocasiones se dejó entrever que "un poco de inflación no es algo malo", o bien se ha tratado sistemáticamente de manipular las estadísticas a través del INDEC -lo que comenzó a comienzos de 2007 y se mantiene hasta ahora-, Uribe manifestó que "se trata de un folclore que se transmite a la gente y que en mi opinión es erróneo, pues decir que para crecer hace falta inflación es falso", afirmando por el contrario que "la inflación tiene costos altísimos. Es un impuesto, si se lo quiere ver como un impuesto, pero es un impuesto altamente nocivo, es irregular, que afecta la volatilidad de los precios relativos, es nocivo para la inversión, para la creación de nuevas tecnologías. Además para la distribución del ingreso. Los medios de pago son lubricantes de las transacciones y ponerles un impuesto es reducir la eficiencia de la economía".

Lo claramente explicado en el párrafo anterior, derrumba muchos de los conceptos mediante los cuales se trata de justificar la existencia de la inflación, y además, claramente se contrapone a algunos de los postulados básicos del gobierno, como por ejemplo la mayor equidad en la distribución de los ingresos y la inclusión de las capas más carenciadas de la población, que son justamente las más afectadas por los azotes inflacionarios. Queda absolutamente claro que con inflación se profundiza la división social, impactándose negativamente en mayor medida en los salarios más bajos y también en aquellos grupos familiares que dependen casi exclusivamente de la asistencia social. 

Aun cuando participan diversos factores en la generación de la onda inflacionaria, el economista Uribe afirma "el gasto es la madre de la inflación y este problema es aún más severo cuando el Banco Central pierde autonomía. Es menor cuando tiene autonomía y el gobierno tiene dos opciones, bajar el déficit o defaultear la deuda pública. En este caso es financiarse con emisión de dinero. Y es la inflación que estamos experimentando".

En tal sentido debe recordarse que tiempo atrás hizo reformar la Carta Orgánica del Banco Central, con lo cual la entidad queda bajo el control del Ejecutivo, el que hace emitir lo que desee, o necesite, además de recurrir a parte de las reservas cuando deba hacer frente a un compromiso de pago, como sucede con los vencimientos de la deuda pública. 

Uribe es drástico en cuanto a insistir en que los mensajes que se dejan caer desde el gobierno, respecto a que para crecer hace falta inflación y que con la emisión monetaria no se genera inflación, son absolutamente falsos. Pero además, lo que expone y argumenta, es refutar de manera muy concreta algunos justificativos que se deslizaron desde el gobierno respecto a la generación inflacionaria, como por ejemplo responsabilizando a los formadores de precios y especialmente a los supermercadistas. 

Autor: REDACCION

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