Editorial

Gas para todos

Argentina muestra una caída en la producción de combustibles y el dato ha disparado nuevamente el debate en torno a la inversión en infraestructura energética. Algo que a pesar de los anuncios oficiales, sigue siendo una materia pendiente en materia de políticas públicas.

Según un informe publicado recientemente por La Nación, las estadísticas para el primer cuatrimestre de este año mostraron una fuerte caída en la generación de petróleo y gas. En crudo, la extracción disminuyó un 5,6%, hasta los 10,1 millones de metros cúbicos (m3). En gas, el tropezón fue mayor -se produjeron entre enero y abril 13.615 millones de m3, un 7,4% menos.

La situación es más preocupante si se tiene en cuenta que en el mismo período, casi todas las otras grandes compañías del sector mostraron una caída mayor. 

Pan American Energy (PAE, de la británica BP, la china Cnooc y los hermanos Bulgheroni), la segunda productora de la Argentina detrás de YPF, produjo más de un 12% menos de crudo y gas. El porcentaje esconde uno de los problemas de los cuales se quejan los petroleros: las protestas sindicales. En junio del año pasado, PAE sufrió la toma del yacimiento Cerro Dragón, el pulmón petrolero del país, por parte de Los Dragones, una facción disidente de la Uocra. La ocupación fue acompañada de rotura de equipamiento, instrumental y el freno no programado de la producción, que ocasionó problemas en el funcionamiento del yacimiento. La compañía aún no recuperó su performance anterior a la toma.

Chevron, la compañía internacional más interesada en cerrar un acuerdo con YPF para producir hidrocarburos no convencionales, extrajo un 19% menos de petróleo, si bien registró una mejora en gas. Petrobras, la china Sinopec y Tecpetrol, del Grupo Techint, también anotaron números en baja.

Rápidamente, el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido salió al cruce de estas publicaciones y destacó que existen "importantes iniciativas" en marcha tendientes a revertir el panorama. Entre esas iniciativas destacó "el Plan Gas, por el que se estableció una remuneración de 7,5 dólares el millón de BTU para la producción de gas nueva, que ya fue suscripto por casi todas las empresas, o el incremento en el valor del GNC para los productores".

"El primer paso lo dimos con la recuperación de YPF que representa el 40 por ciento de la producción y ahora estamos trabajando con el otro 60 por ciento para generar volúmenes de producción necesarios para abastecer la demanda y autoabastecernos plenamente, pensando en mejorar el consumo por habitante y ejerciendo el control de las metas de producción", añadió.

El ministro explicó que el viernes "quedó conformado el comité de seguimiento que se encargará de relevar la producción de las empresas yacimiento por yacimiento, determinando potencialidades y comparando la producción actual para lograr el cumplimiento del objetivo del autoabestecimiento". 

Si bien el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, expresó que el país podría alcanzar ese objetivo hacia 2016, los especialistas aseguran que la misión demandaría un esfuerzo más prolongado.

El presidente del Instituto Argentino de la Energía "General Mosconi", Jorge Lapeña, sostuvo que la Argentina necesitará más del doble de tiempo que el estimado por De Vido, quien habló de cuatro años, para poder abastecerse con los combustibles producidos en el territorio nacional, sin tener que depender de importaciones.

"Cada vez produce menos petróleo y menos gas, cada vez hay menos reservas, menos inversiones y búsquedas de hidrocarburos, menos construcciones de centrales hidroeléctricas. Y todo eso da como resultado que un día se acaban los saldos exportables y que el país necesita importar", sostuvo.

"En este momento estamos importando más del 10 por ciento de la energía que consumimos, en el caso del gas estamos llegando a importaciones que están entre el 30 y el 40 por ciento, y que están en aumento". Recordó que el país "tardó más de 15 años en llegar desde el 90 por ciento al 100 por ciento de abastecimiento", en 1989, por lo que concluyó que "este es un fenómeno que no va a ser corto", como plantea De Vido.

Lapeña advirtió: "Estamos mal y vamos cada vez peor. El año que viene vamos a estar peor. Decir cuándo esto se revierte, no se puede. Solamente se puede decir que la maniobra, en caso de producirse y ser exitosa, no va a tardar menos de 10 años".

Frente a esta perspectiva, todos los ojos parecen estar puestos en el éxito que podrá tener en los próximos años la medida tomada para la estatización de YPF. Solamente se podrá revertir la caída en la producción si el país comienza a dar señales a largo plazo para fomentar la inversión.

Autor: REDACCION

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