Tras unas quince horas de labores, los bomberos anunciaron la madrugada del martes que el incendio estaba "completamente controlado".
Unos 400 bomberos con 18 mangueras, algunos de ellos subidos a brazos mecánicos a decenas de metros de altura trabajaron sin descanso para sofocar las llamas. El agua era bombeada desde el río Sena, ubicado a una decena de metros del templo.
Utilizar aviones de tipo Canadair sobre la catedral era impensable: "El lanzamiento del agua con un avión sobre este tipo de edificio podría provocar el hundimiento del conjunto de la estructura", tuiteó la Seguridad Civil.
Según el secretario de Estado al Interior, Laurent Nuñez, la catedral se salvó "por un cuarto de hora, o una media hora".