Sociales

Feliz de ser fiel

(Por Miguel Pettinati). - Una de las instituciones más arraigadas y seguras en el presente de la sociedad humana es, sin duda alguna, la corrupción. Es una realidad que adquirió tanto poder, que es difícil de imaginar. Aquellos que pertenecen a sus huestes han perdido su recta conciencia y sólo podrían ser liberados por algún prodigio.( JLK)

No es bueno hacer comparaciones con otros tiempos, porque siempre hubo corrupción, pero no podemos ignorar que estamos bajo la presión de un dominio tenebroso, donde no cuenta la vida ni la dignidad humana, donde se pretende que es el bien y el mal sean como dos caras de una misma moneda, donde el amor es asesinado para entronizar el odio , la mentira y la traición, egoísmo, desigualdad social.

Antes de Cristo, en el Antiguo Testamento, ya se afirmaba que en todas partes reina el caos : sangre y muerte, robo y fraude, corrupción deslealtad, agitación, perjuicio, vejación de los buenos, olvido de los beneficios, contaminación de las almas, perversión sexual, desorden en el matrimonio, adulterio y libertinaje ( Sab. 14,25-26).

Querido lector: ante tanta miseria cabe preguntarse, los varones y las mujeres que, -consciente o no- están atrapados en las redes de la corrupción ¿pueden ser felices?

La filosofía tradicional ha definido la felicidad como: la acumulación de todos los bienes ( Cicerón); el gozo de la verdad ( San Agustín); la suma de todos los bienes.,.. un bien que, una vez poseído, no permite desear ningún otro (Boecio); por lo tanto la felicidad comporta un doble aspecto: uno subjetivo ( un gozo o satisfacción) y otro  objetivo (algo sobre lo que la felicidad versa y sobre lo que se desarrolla dicho gozo). Faltando uno de estos dos aspectos, la felicidad sería aparente y falsa. El equilibrio entre ambos constituye el ideal de la felicidad.

En consecuencia, ninguna persona que mantenga una mala conducta de modo estable, hasta el extremo de justificar su inmoralidad y por lo mismo su corrupción, jamás podrá ser verdaderamente feliz.

Al menos, hasta que no cambie, de modo definitivo, su modo de vida.

Todavía hay más, pienso algo más: sin embargo la felicidad es para los que temen a Dios, pero no habrá felicidad para el malvado. El, como una sombra , no vivirá largamente, porque no tiene temor de Dios ( Ecli 8,12-13).

La única felicidad posible consiste en ser fiel a Dios y a su voluntad.

Por eso, Cristo Jesús afirma: el que me ama será fiel a mi

Palabra, y mi Padre lo amará; iremos a El y  habitaremos en El (Juan 14,23).

La fidelidad que conduce a la felicidad no tiene medida, pues el que es fiel en lo poco, también es fiel en lo mucho, y el que es deshonesto en lo poco, también es deshonesto en lo mucho ( Lucas 16,10)

Es  posible que los engaños de la corrupción impliquen la búsqueda de la felicidad, pero por ese camino sólo se llega a la desgracia de la destrucción y la muerte.

Vivamos en los valores de la Santa Biblia- así por ejemplo la Palabra de Dios nos exhorta: sé fiel hasta la muerte , y te daré la corona de la vida (Apoc 2,10).

Señor mío y Dios mío tu Palabra se cumpla en mí Amén.



 

Autor: REDACCION

Estás navegando la versión AMP

Leé la nota completa en la web