La Asociación de Constructores Europeos de Automóviles (ACEA) celebró el pasado lunes la conclusión de las negociaciones de un acuerdo comercial entre la Unión Europea y los países del Mercosur el pasado viernes. "Hay un verdadero potencial de crecimiento de la industria automovilística de la UE, tomando en cuenta el tamaño del mercado del Mercosur, tanto en términos de población como de PIB", declaró el secretario general de la ACEA, Erik Jonnaert, según un comunicado. Los fabricantes europeos podrán, según la ACEA, "sacar provecho de la reducción de aranceles" en los países del Mercosur, que actualmente se elevan a 35% sobre los automóviles. La UE exportó, en 2018, 73.000 vehículos hacia la región, es decir un 2,2% del mercado. En total, 234.000 automóviles fueron importados en el Mercosur provenientes de otros países, lo que representa cerca del 8% del mercado. Unos 3,3 millones de vehículos nuevos fueron vendidos el año pasado en los cuatro países del Mercosur. Para llegar a un acuerdo con la UE, el Mercosur aceptó abrir sus puertas a la industria europea, principalmente a sus automóviles, pero también a los productos químicos y farmacéuticos, así como a sus licitaciones. No obstante, la UE concedió fuertes contrapartidas en el sector agrícola, pues facilitará el acceso a su mercado a cuatro países ávidos de vender azúcar, etanol, aves de corral y carne de res. Esas concesiones hicieron saltar a los agricultores europeos, que denunciaron una competencia desleal. El acuerdo es igualmente criticado por los ecologistas y las ONG debido a sus consecuencias consideradas negativas para el ambiente. Antes de entrar en vigor, el acuerdo deberá ser validado por los Estados, tanto en Europa como en Suramérica, lo que puede tomar tiempo.