Automotores

F-1 y motores nafteros

El 1° de enero de 2014 entrará en vigor un nuevo reglamento técnico en la Fórmula 1, la meca del automovilismo mundial. La novedad es que la Federación Internacional del Automóvil (FIA) decidió dar un paso adelante para seguir en las carreras de la F1 la tendencia hacia el cuidado del medio ambiente que está aplicando la industria del automóvil desde hace varios años. De dicha tendencia han surgido los vehículos híbridos, los eléctricos y los de celda de combustible (Fuel Cell) de hidrógeno, pero también avances serios en los motores de combustión interna (nafteros y diésel).

Hasta el punto que el veterano ingeniero Pat Symonds, pocos días después de convertirse en el director técnico del equipo Williams F1, en la previa del último GP de Bélgica en Spa, afirmó: "El motor de combustión interna está aquí para quedarse por mucho tiempo". ¿Tiene razón? Puede decirse que sí. En la F1 se dejan de lado los V8 aspirados de 2.4 litros que se usan desde 2006, para dejar paso a los motores V6 1.6 turbo (el downsizing llegó a la F1) en combinación con los conocidos sistemas de recuperación de energía cinética (KERS), para alimentar el motor eléctrico que proporciona energía extra.

En efecto, los autos de Fórmula 1 son vehículos híbridos (aunque con aplicación limitada), tecnología en la que marcas como Toyota, por ejemplo, depositan grandes expectativas. Pero hay más que electricidad en ellos; el Prius utiliza un motor naftero que simula el ciclo de combustión Atkinson para aumentar el rendimiento energético y bajar el consumo respecto de un motor del ciclo Otto normal.

Autor: REDACCION

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