Editorial

Exportar, receta anticrisis

Una de las tantas recetas que debe seguir la Argentina para resurgir de sus cenizas, como lo hacía ese ser mitológico al que llamaron Ave Fénix, es aumentar sus exportaciones con la consigna de venderle al mundo más de lo que le compra, por lo que garantizaría el acceso a dólares genuinos que no debe devolver, a diferencia de lo que sucede ahora que paga sus cuentas con plata prestada y que sí debe reintegrar a sus dueños junto a los intereses correspondientes. Porque claro está que los mercados financieros internacionales -tampoco los nacionales- no hacen beneficencia con el dinero sino que lo ponen a trabajar para tener más. Puro y simple sistema capitalista. 

Con la libre cotización del dólar, la devaluación del peso ha colocado en una situación más ventajosa a las empresas que se dedican al mercado externo. Debería ser un estímulo para que aumenten sus exportaciones o bien para que nuevos jugadores decidan hacer foco en clientes fronteras afuera. Sin embargo, en esto de hallar compradores en el resto del mundo no es soplar y hacer botellas, no es tan sencillo sino ya estaríamos nadando en dólares. La pulseada entre estadounidenses y chinos agita tanto las aguas del comercio internacional que dificulta la pesca de nuevos mercados. 

Las estadísticas oficiales de nuestro país no reflejan demasiadas variaciones para celebrar, sino más bien que los superávits que se han registrado en los últimos meses responden más a la caída de las importaciones a raíz de la crisis doméstica que a un proceso consistente de aumento de exportaciones. 

Lo positivo es reconocer el punto de partida cuando se traza un objetivo, tener un buen diagnóstico y un plan inteligente. En el marco de este itinerario, el Gobierno realiza desde ayer el Foro Argentina Exporta 2019, que reúne a expertos, empresas y emprendedores con el objetivo de potenciar al sector exportador y la inserción internacional de las pymes. El encuentro de dos días se realiza en el Centro de Exposiciones y Convenciones de Buenos Aires. Es la primera vez que en nuestro país se realice una jornada totalmente dedicada al comercio internacional y la exportación. Según informó el Ministerio de Producción y Trabajo, más de 3.500 empresas participan de sesiones plenarias con referentes locales e internacionales, rondas de negocio con compradores extranjeros y actividades sectoriales. El evento contiene diversos temas en debate como el acceso a mercados, la exportación como modelo de desarrollo económico, el ADN exportador de la Argentina y estrategias comerciales para salir al mundo, entre otros. 

En esta semana, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) estimó que la economía argentina podrá recuperarse gracias a las exportaciones, aunque vaticinó que el Producto Bruto del país caerá 1,8% este año. El organismo que integran 36 naciones y tiene su base de operaciones en París sostuvo en un informe que habida cuenta de que la demanda interna de la argentina sigue siendo escasa, se prevé que sean las exportaciones las que impulsen la recuperación y que a lo largo de 2019 las tasas de crecimiento trimestrales regresen a terreno positivo.

Sin embargo, la OCDE consideró que la disminución de los flujos internacionales de comercio podría limitar la demanda global para las exportaciones argentinas. Además, estimó que el PBI argentino caerá 1,8% durante 2019, una décima menos de lo que ese organismo había previsto en noviembre del año pasado.

De todos modos, el organismo revisó a la baja su pronóstico para 2020: durante ese año estimó que la economía argentina habrá dejado atrás con holgura la recesión, para crecer un 2,1%. En este marco, la OCDE consideró que en la Argentina es necesario seguir avanzado con las reformas estructurales para mejorar la productividad, impulsar las exportaciones y fortalecer el crecimiento. La competencia sigue siendo escasa en muchos sectores, debido a las restricciones domésticas a la entrada de empresas, los obstáculos al emprendimiento y las restricciones a las importaciones.

De acuerdo al organismo, el descenso de los precios al consumidor que se obtendría con una competencia doméstica y extranjera más reñida mejoraría el poder adquisitivo de los hogares, en especial el de aquellos con bajos ingresos. Un mejor acceso a insumos intermedios incrementaría la productividad y la competitividad de los productores nacionales, permitiendo a las empresas crear empleos formales y mejor remunerados. No obstante, evaluó que hay amenazas que ponen en riesgo la recuperación del país, como las políticas macroeconómicas contractivas y la incertidumbre política ante las elecciones de octubre de 2019.

Mientras tanto, el FMI reiteró esta semana sus preocupaciones sobre el impacto de la guerra comercial de Estados Unidos con

China que, según considera, pone en riesgo la recuperación económica mundial. El Fondo indicó que mayores barreras comerciales alterarían las

cadenas de suministro global y ralentizarían la expansión de las

nuevas tecnologías, en último término reduciendo la productividad

global y el bienestar. En este contexto tan revuelto, el desafío para las empresas argentinas de ganar nuevos mercados para sus productos se presenta algo así como una misión poco menos que imposible. 






 

Autor: REDACCION

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