Editorial

Exportaciones de carne

En materia económica las noticias pesimistas se suceden, pues parecen mandar -y con peso muy cierto- el dólar, la inflación, el desempleo, que son las que tienen mayor impacto directo en la gente, pero también existen aunque muy aisladamente, algunas otras que resaltan aspectos positivos y que dejan siempre encendida una pequeña lucecita en el final del oscuro túnel que es el presente. Una de ellas, que fue desarrollada con amplitud por este diario en el Suplemento Rural del pasado jueves, tiene que ver con las exportaciones de carne, que aunque lentamente vienen repuntando, constituyendo otro importante aporte para el sostenimiento de la economía que casi con exclusividad provienen del sector agropecuario, el más dinámico y consolidado de la Argentina, a pesar del recortado y a veces nulo respaldo que recibe del gobierno.

El informe al que hacíamos referencia, daba cuenta de haber completado nuestro país en el mes de octubre pasado las 20.000 toneladas con ventajosos aranceles a los Estados Unidos, participando de ese volumen exportado 13 frigoríficos nacionales, los que por supuesto con esta intervención obtienen alivio para sus finanzas a la vez que llevan trabajo y producción a sus respectivas regiones, merced al volumen de casi 100 millones de dólares que significa el total de esas ventas.

Si bien importante el ingresos de divisas genuinas, que tanta urgencia tienen para el país, lo también muy destacable es que consecuencia de la crisis provocada en la ganadería por la aftosa en 2001, se habían cerrado las puertas del mercado estadounidense hasta el momento, sumando casi dos décadas que ahora afortunadamente han quedado atrás, siendo innecesario destacar el alto significado que tiene el mercado norteamericano. Debe decirse también, que si bien recién este año pudieron concretarse las ventas de carnes, la reapertura se había conseguido en 2019. En ese ámbito, la Argentina debe competir con Uruguay, Canadá, Nueva Zelandia y Australia, que son los otros países que exportan sus productos cárnicos.

Los precios obtenidos en esta exportación arrojaron un promedio de 4,77 dólares por kilogramo, ya que por debajo de ese valor estuvieron los cortes del cuarto delantero y recortes por debajo, pero en cambio fue excepción el bife ancho del cuarto delantero con valor de 7,9 dólares el kilogramo.

Más precisamente, según el detalle ofrecido por la Subsecretaría de Mercados Alimentarios, medido en volumen los cortes más baratos fueron el 56% del total del envío, contra el 37% de los cortes del cuarto trasero, que son los más caros, ampliando que medidos en valor FOB los cortes del cuarto delantero, el 98% correspondió a carne congelada y apenas el 2% restante a carne fresca o refrigerada, consistente en bife ancho.

Claro, que la comentada es sólo una parte de la totalidad de las ventas de carnes al exterior, ya que tomando la suma de todas ellas contenidas en el período que va desde enero a agosto del presente año, tenemos que el total exportado fue de 560.000 toneladas por 1.755 millones de dólares, lo cual conforma medido con igual lapso de 2019 un 15% más en volumen pero apenas un 1,3% más en valor, es decir, se deben incrementar las cantidades exportadas pero no se obtienen ingresos en igual medida. De todos modos, hay que seguir por esta senda, que comenzó a ser delineada durante el gobierno anterior, pues es la única forma de alguna vez volver a recuperar los mercados que correspondieron a nuestro país como así también el posicionamiento internacional que tuvimos en el mercado de la carne y que fue diluyéndose con una sucesión de medidas equivocadas que desarticularon al sector ganadero. 

Autor: REDACCION

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