Sociales

Evocaciones y sucesos

(Por Antonio Fassi). -  Una vez más, la legendaria plaza Próspero Molina vibró, escuchó y dictaminó, los avatares y vicisitudes del más interesante y nutrido encuentro nacional de música y danza, donde artistas afines preparan convenientemente sus disciplinas y eliminan a través de concursos que designan una plaza para cada rubro a fin de competir en el Atahualpa Yupanqui, donde calificados jurados en danza y música consagran un ganador final.

Este año compitieron 49 subsedes, diseminadas a lo largo y a lo ancho de la tierra de San Martín, y donde orgullosamente pudimos escuchar y admirar la subsede Rafaela, provincia de Santa Fe. Si bien este año nuestra representación no fue muy numerosa, ni tampoco logró acceder a instancias finales, la actuación de nuestros representantes fue decorosa, y todos  los rubros participantes cumplieron con sus potencialidades y aptitudes a pleno.

Pero también queremos reseñar que (a pesar de no representar a nuestra subsede) hubo una rafaelina finalista en danza: Noelia Confalonieri, exalumna de la Escuela 22 de Noviembre, donde estudiara 3 años guitarra y canto, continuando luego sus estudios en Buenos Aires, ya como bailarina en la escuela de Julio Bocca. En años anteriores fue integrante del Ballet Camin Cosquín, donde en varias oportunidades participó en la inauguración  del Cosquín mayor. Y en esta  oportunidad la pareja Confalonieri-Rodríguez fue elegida ganadora en el rubro Pareja de baile estilizada,  por sede Azul (provincia de Buenos Aires) alcanzando en Cosquín la ronda final.

De modo que, quienes disfrutamos la alegría de saludarla luego de la premiación, a la postre tuvimos alguien por quien celebrar nuestro entusiasmo localista en instancias finales, a pesar que no lograra el preciado galardón consagratorio.

Realmente el Pre Cosquín es fiesta total  para todo el país folclórico .Es sumamente  agradable el espíritu de fraternidad que reina cada noche en la Plaza Mayor del folclore argentino (este año más  poblada  y más cuidada que nunca). Es que quien está al lado puede ser mendocino, jujeño, correntino, rionegrino o misionero; eximio bailarín, gran intérprete de algún instrumento o cantante de ópera (personalmente conversé con una concursante de Bahía Blanca, estudiante de canto lírico).

También es posible que algún niño de muy corta edad ande traveseando con la danza, y uno le señala ¡a ver, zapateá malambo!, y el chiquito con un sentido del ritmo asombroso,  zapatee entre butaca y butaca, ante la sonrisa complaciente de padre y madre, (por supuesto también bailarines).

O encontrar el ancestral silencio con que la Plaza escucha la voz de Don Ata recitando alguno de sus sagrados versos, musicalizando números de ballet, donde el gran Maestro es abundantemente requerido y respetado, y que desde el "más allá" nos sigue marcando rumbos de silencios y búsqueda interior, pues nada grande nace entre el ruido, el bullicio, los celulares y los audífonos con que buscamos acallar la voz de nuestra conciencia que nos grita ¡silencio!, ¡silencio!

¡Y Don Ata lo sabía! Por eso su voz acalla los sonidos transportándonos aunque solo sea por unos segundos hacia un Universo lleno de misterios y recóndita concentración.

La historia del Pre Cosquín ya lleva 47 años de vida; entonces ¡vale! congratulaciones Pre Cosquín, ¡adelante!

Autor: REDACCION

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