Suplemento Economía

"Este modelo de salida de la crisis ha derribado argumentos falaces"

Casi textualmente, Stiglitz creía que era hipócrita pretender ayudar a los países subdesarrollados, obligándolos a abrir sus mercados a los bienes de países industrializados, y al mismo tiempo protegerlos de los mercados desarrollados. Stiglitz opinaba que para convivir en una comunidad global, debíamos cumplir reglas equitativas y justas, que atendieran tanto a los pobres como a los poderosos, y que reflejaran un sentimiento básico de decencia y justicia social.

En 2010, Joseph Stiglitz expresó “… como sabemos por experiencia, no se acaba la vida después de la reestructuración de la deuda. Nadie desearía a cualquier otro país el trauma por el que pasó la Argentina en 1999-2002, pero este país también padeció en los años anteriores a la crisis –años de rescate por parte del FMI y de austeridad- a consecuencia de un enorme desempleo y tasas de pobreza y crecimiento bajo o negativo. Desde la reestructuración de la deuda y la devaluación de su divisa, la Argentina ha tenido años de crecimiento del PIB extraordinariamente rápido, de casi el nueve por ciento por término medio de 2003 a 2007. En 2009, la renta nacional era el doble que en el peor momento de la crisis, en 2002, y más del 75 por ciento más que en el momento mejor del período anterior a la crisis. Asimismo, la tasa de pobreza de la Argentina se ha reducido en unas tres cuartas partes en relación con el momento peor de su crisis y este país capeó la crisis financiera mundial mucho mejor que los EE.UU.: el desempleo es elevado, pero aÚn así no supera el ocho por ciento. Sólo podríamos conjeturar lo que habría ocurrido si no hubiera aplazado el día del juicio final durante tanto tiempo… o si hubiese intentado retrasarlo aún más. Así, pues, esta es mi esperanza para el nuevo año: que dejemos de prestar atención a los supuestos magos financieros que nos metieron en este embrollo –y que ahora piden austeridad y una reestructuración retardada- y empecemos a usar un poco el sentido común. Si tiene que haber sufrimiento, el mayor deben arrostrarlo los responsables de la crisis y quienes más se beneficiaron de la burbuja que la precedió.

Los refractarios


Fracasó la explicación de los refractarios al modelo de salida Argentino. Pasaron del ” simple rebote técnico”, al “viento de cola” que le regalaba un mundo desarrollado que crecía a tasas anualizadas del 5% (entre 2003 y 2007). Pese a la crisis de la Eurozona y la débil recuperación de los EE. UU., Argentina sigue expandiéndose a ritmo acelerado, habiendo dejado atrás la fuerte contracción de 2009. En 2010, la economía argentina se expande otra vez, al 9% anualizado. Con estos datos, el PBI ya se ubica bastante por encima del nivel previo alcanzado en el tercer trimestre de 2008-el récord histórico anterior-, antes de la recesión mundial.

Contradiciendo a los economistas que exaltaron otros países, desestimando y denostando en sus pronósticos las chancees de recuperación Argentina, las tasas de crecimiento han duplicado levemente las de Brasil. Se recuperó la destruida industria nacional, los campos hipotecados volvieron a producir para sus dueños, se triplicaron las exportaciones en 5 años. En términos de consumo estamos (+75%) que en 2002. La confianza del consumidor registra subas, récord de ventas de autos cero kilómetro en los mercados interno y externo, las ventas de electrodomésticos subieron en 2010 alrededor de 50% anualizado. La inversión repunta de la mano de las compras e inversiones en construcción, maquinaria y equipos.

En 2010 creció la facturación de las empresas de transporte, agroquímicos, fertilizantes, maquinaria agrícola, comercio, y sobran dólares en el mercado cambiario. El crédito volvió a crecer a un ritmo vertiginoso, el BCRA, esta otorgando redescuentos a los bancos para aplicar al sector productivo.

La facturación aproximada por la variación del PBI nominal año contra año se triplicó. La producción de autos y de acero crecieron en primer cuatrimestre de 2010: 70% y 50% año contra año respectivamente, la producción metalmecánica, del sector químico y de insumos para la construcción crecen entre 6 y 10% interanual.

En conclusión, hay más actividad económica, más consumo, y se observa un cambio de clima en los negocios y mejor humor en la gente. El profesor Stiglitz lo verificó por sí mismo en su última visita a la Argentina hace pocas semanas.

Argentina lleva 7 años de crecimiento a tasas chinas, y una inversión que ha comenzado a reaccionar, en medio de un mundo convulsionado por una nueva crisis. Este modelo de salida de una crisis ha derribado argumentos falaces, aportando pruebas de “éxito” concretas, atribuibles a decisiones propias de política económica.

Y, que yo sepa, el Premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz, no tiene propuestas para ser miembro del Gabinete de Cristina.

Investigación de Eugenio Pablo Tigani.

Autor: Redacción

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